Pov Alissa:
Escuché como sonaba la alarma, mientras me tapaba toda la cabeza con la almohada, no quería levantarme.
Hoy comenzaban las clases, y tenía que pasar por Caitlin que vivía cerca a mi casa, no la había visto en todo el verano, ya que ella y su familia habían viajado a Los Ángeles y recién habían llegado ayer, lamentablemente llegaron a media noche y no pude salir.
Al recordar eso me levanté rápidamente y tomé una ducha, estaba emocionada y feliz, al fin vería a mi mejor amiga después de tres meses, obviamente habíamos hecho vídeo llamadas y todo, pero no era lo mismo que en persona.
Al terminar de ducharme me puse el uniforme, sí, lamentablemente había uniforme en nuestra escuela, consistía en una falda escocesa negra, una blusa blanca y una chompa negra con el logo del colegio. Salí a desayunar apenas me cambié, me serví cereal y leche, al terminar vi que quedaba tiempo, por lo que me alegré más, y salí corriendo a la casa de Cait.
Antes de llegar, vi el carro de su papá estacionado, y la ventana del cuarto de Caitlin, era en el segundo piso, y había una escalera que te guiaba ahí, subí rápidamente las escaleras, aunque luego pensé que quizás ella ya estaría comiendo por lo que me arrepentí, pero ya estaba en la ventana, así que solo entre, total no era la primera vez, sus padres lo sabían y esperaba que no se les haya perdido la costumbre.
Al llegar entré y lo primero que vi fue a Caitlin aún dormida con su despertador sonando, aunque era más que obvio que ella no tenía ninguna intención de apagarlo o siquiera de moverse, llegué a su costado encontrando un vaso, ella siempre tomaba agua por lo que no me sorprendía, fui a su baño, llené el vaso y luego se lo lancé en la cara despertándola automáticamente.
- Tyler.- Gritó pensando que era su hermano, pero al verme abrió los ojos demasiado, cosa que me asustó debo admitir, luego de la nada saltó abrazándome, logrando que las dos cayéramos al piso.
Emití un grito de dolor, había golpeado mi cabeza, y aunque no esperaba una recibida menos dramática, Cait era muy intensa, por así decirlo.
- Oh, lo siento.- Me miró.- No, en realidad no lo siento.- Dijo para después volver a abrzarme.- Te extrañé.
- Yo igual pero al parecer has engordado y estás encima mío.- Dijo con una voz aguda, exagerando, ella seguía igual de delgada que antes.
Río y se apartó de mi encima, para después ofrecerme una mano para levantarme.- Papá y mamá se pondrán muy feliz cuando te vean.
- Ya lo creo.- Dijo el señor Wells en la puerta.
Me acerqué a él y le mostré mi mano.- Hola señor Wells, veo que usted también ha engordado.- Dije, la diferencia era que él sí había engordado.
- Y yo veo que sigues igual que antes.- Dijo después de poner su cara de ofendido e indignado.- Tenía la pequeña esperanza que al llegar acá te comportarás como toda una señorita educada.
Nos miramos por unos segundos y los reímos, escuché también la risa de Caitlin.- Sabemos que eso no pasará.- Dijimos los tres.
Después de reír el señor Wells vio a Caitlin y una expresión de horror cruzó por su rostro.- Berta Cailtin Wells ¿Por qué sigues en pijama, sabes la hora qué es?
Solté una carcajada mientras Caitlin fulminaba con la mirada a su padre, ella odiaba su primer nombre, por eso usaba el segundo.
- No me llames así.- Dijo mientras veía su despertador que seguía sonando ya que nunca lo habíamos apagado, al verlo, gritó corriendo a su armario, tomó su uniforme y se metió a su baño.
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Juntas? Hasta el final
HumorAlissa: Alocada, divertida, respondona, nada estudiosa, fiestera, con una vida algo complicada pero feliz de todas formas. Caitlin: Estudiosa, buena, delicada y con una familia muy unida, siempre está intentando ayudar a todo el mundo, pero... ¿eso...