Retomando la pregunta que hice al principio del capítulo anterior, aquella de qué tan rápido pasa el tiempo, ¿Qué tan rápido había podido pasar un año? ¿Y dos? ¿Y cinco? El tiempo desapareció, corrió entre los dedos al igual que lo hace la arena, el agua, desapareció.
Aquella bebé quejicosa se había convertido en una niña de ya cinco años, que era tanto un rayo de sol como un grano en el culo. Era muy versátil la pequeña. Gran parte del día se la pasaba correteando, dejando sus rizos largos, castaños y bien cuidados –por Samuel ya que de ser por Guillermo se los habría cortado–, haciendo preguntas inocentes y queriendo constantemente aprender algo nuevo. Ambos adultos tenían que tener mucho cuidado con lo que hacían y decían, Gala era una esponja que absorbía todo, y al igual que el más chico de sus padres, cuando algo se le metía en la cabeza, ya no salía de ahí por más esfuerzo y esmero que le pusieran. Gala era por lo mucho inteligente, y sumando su carácter, le hacía una niña muy especial, muy diferente.
En cuanto a Samuel y a Guillermo. Ellos ya habían cumplido sus treinta y dos y veintiocho años correspondientes, y estaban hechos literalmente unos máquina. Se sincronizaban perfectamente, sin saber cómo un día les daba para seguir con su trabajo en YouTube y a la vez atender a su hija y a la pareja. Jamás estaban faltos de tiempo.
Dijeron al principio que no querían que Gala estuviera muy metida en este mundo de ellos, la querían más bien alejada de internet y esas cosas, aunque no les duró mucho. De los tres, quizás cuatro meses de vida de Gala en adelante, esta creció siendo vista por los suscriptores, saliendo en los blogs diarios y por medio de las redes sociales. Era hija del Wigetta y sobrina de todos los guapísimos y batracios, que conformaban entre ambos una comunidad de más de cuarenta millones de personas suponiendo que no comparten suscriptores. Al fin y al cabo, eran una familia feliz y por sobre todo, unida.
¿Que hacían ahora? Creo que la pregunta mejor dicho es, ¿Que va a pasar hoy? ¿Por qué estaban tan ajetreados y apurados? Hoy, luego de más de ocho meses de preparación finalmente iban a casarse. De la propuesta había pasado si, más de cinco años, pero bueno, la vida les dio tiempo de casarse hoy, ya a dos mil veintiuno y no iban a por
nada del mundo desechar aquella propuesta.Habían vivido en Andorra desde que Gala había nacido hasta hoy. Después de casados se mudarían a una casa que a exigencia de Guillermo, era mucho más grande que la otra y en Barcelona. Querían no estar tan alejados de la comunidad. Andorra es poco menos que una ciudad desértica. O sea que en conclusión, hoy era el día de su boda, hoy se mudaban, y hoy a Guillermo se le había antojado la idea –que nadie se la sacaba– de ir a ver a Amanda en el cementerio. Estuvo recordándola mucho en estos últimos días, necesitaba despedirse de ella antes de dirigirse hacia su nueva vida.
- ¿Lista cariño? - dijo Samuel. Dado que le daría mucha pena cortarle el cabello a su pequeña, se lo había dejado crecer, tanto que ya le llegaba a la cadera. Para peor, tenía una cantidad de pelo enorme, por lo que era como un imán para piojos y liendres. ¿La solución? Llevarla de moño a todas partes. El punto es que, a lo que Guillermo nunca supo hacer moños –ni peinar niños en general– se le había ocurrido hacer aquello de una forma un poco más sencilla y más divertida para la pequeña. Desenredaba todo su cabello castaño, igual al que el de su otro padre y lo sostenía en un puño y arriba, haciendo parecer que Gala tenía una cebolla en la cabeza. Lo divertido de aquello, era que para hacer el moño, la pequeña tenía que girar sobre sí misma tantas veces hasta que el moño quedase hecho en su cabeza, y Guillermo tuviera que solo ponerle la cinta. Y bueno, tanto le gustaba que la peinaran así que adoptó aquel funcionamiento con su otro padre, que a diferencia de su pareja sí sabía hacer moños decentes.
Gala asintió y comenzó a girar sobre sí misma, riéndose a carcajadas como cada vez que hacían aquello. A Samuel se le contagió esa sonrisa, que mantuvo incluso cuando tuvo que ponerle la cinta, morada esta vez. Esa era la parte que la pequeña más odiaba.
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Historia de Vida - Wigetta MPREG
FanfictionHay veces donde simplemente los accidentes son la mejor cosa que puede pasarte en la vida. Este es uno de esos casos. ¿Casualidad? Lo dudo. Copyright @MaeMiaGuilli Se original, no copies. Si todos nos copiamos de todos, todo es lo mismo y se vuelve...