Mi verdadera historia

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Todos los que me conocen piensan que solamente soy una dulce crafter, jardinera y maestra de inglés, todos saben que no termine mi carrera como cirujano, muchos se impresionan por los brazos fuertes que tengo, tal vez piensen que es por como me pongo a escarbar la tierra para mis plantas, pero aun así creo que a nadie le importa porque los tengo así. Pero lo que pasa en realidad es que por las noches, después de llegar del trabajo, salgo en mi auto a vagar por ahí, para después beber un trago en cualquier bar, siempre son diferentes, pero tengo una rutina, siempre pido lo mismo, un whisky, bebo de 3 a 5 vasos, jamás termino borracha, siempre encuentro a alguien que busca compañía de algún tipo, yo me vuelvo su compañía, después de un rato aceptan ir a mi casa, misteriosamente un tiempo después sus caras aparecen en la televisión pero algunas de esas personas tienen algo en común... A la ultima persona que vieron, y que las vio... Fui yo...

La verdad es que esas personas desaparecieron por mi culpa, si así es, es mi culpa... Cuando aun era una estudiante, cada vez que podía me robaba anestésicos de todos los tipos que podía encontrar, además de bisturís y otros instrumentos de operación, era por el puro gusto de tomar algo que no era mio, tal vez también soy cleptómana...

En estos momentos los he estado utilizando, no se si ya están caducados, y solo le paso un trapo a los instrumentos, no se si pueden hacer daño, tampoco me interesa, al fin que no son para mi y bueno esa vez seria la ultima que la use esa persona...

Muy bien, comencemos por el principio, mi padre es herrero y pues en el tiempo que estaba con el estaba muy aburrida, una vez le dije que me enseñara como soldar, aun recuerdo como hacerlo...

Compre una olla gigante en donde cabría una persona, realmente la mande a hacer... También compre unos grilletes, los soldé a la olla por dentro, donde se supone quedarían brazos y piernas de una persona promedio sentada dentro de la olla, cabría una persona mas o menos de mi estatura, 1.70, me tome a mi misma como medida. Puede que de aquí mi historia se ponga un poco rara, sino es que ya es rara...
Al principio profanaba tumbas frescas, después de jugar un poco con los cadáveres, los ataba a la olla, le echaba agua y les veía hervir, eso no es mucho problema, tengo un gran "horno" de gas y leña, puedo utilizar los dos y así hacer mas fuego, eso fue poco antes de que dejara los estudios... Seis meses después me aburrió el ver a los cadáveres hervir, llevaba aproximadamente 120 personas, comencé con dos al mes y fue aumentando al siguiente mes fueron 3, luego 5, 10, y así hasta que pase a los 50 para un mes, me aburrió y entonces fue que comencé a pensar en meter algo vivo y ver como se retorcía... Primero pensé en un perro, después pensé que amo demasiado a esos animales como para poder hacer sufrir a uno de ellos, además de los ladridos y demás cosas, eso tendría solución, pero no, me arrepentí tiempo después de haber pensado eso, no pude dormir por 5 días... Estuve unos cuantos días solo haciendo manualidades, hice varias cosas... Pero, ese no es el punto...
Estuve unos cuatro meses aproximadamente sin hervir a nada, solo lo hacia para comer, pero no lo hacia para mi deleite, bueno si, pero era para mi alimentación, nada para mi sádica diversión, si, se que tengo un problema, pero no me interesa... Es mi vida y es mi diversión...

Un día, después de mis labores diarias de enseñanza de ingles y jardinería, ya era de noche y estaba aburrida, me fui a un bar a beber un whisky, mi bebida favorita desde que iba en la preparatoria, ahí fue que conocí a un hombre, su nombre era Eduardo, era alto, como de 1.85, un poco moreno, de ojos grandes y cafés, de cabello castaño un poco quebrado, y un poco corto no demasiado, pero lo suficientemente largo como para poder taparle un poco la frente, el estaba en forma, no era musculoso ni tampoco un flaco sin chiste, traía una chamarra de cuero y unos jeans algo rotos, traía unas botas de motociclista, pero no traía moto. Y no se que paso, pero terminamos yendo a mi casa, en mi auto, no se si el no traía auto o realmente no le importó o lo olvido, bueno no me interesa. Después de comer un poco de lo que yo tenia en el refri tuvimos sexo, el estaba un poco ebrio, estaba consciente, pero era mas idiota de lo que me imagino era normalmente, cuando se quedo dormido tuve una idea, fue muy fugas como paso todo, saque la anestesia de mi mesa de noche y se la inyecte, después de eso puse un plástico debajo de él, y con lo que me había robado de donde estudiaba cirugía le hice una operación... Le hice un corte en la garganta, en un lugar donde no sangraría mucho y por donde están las cuerdas vocales (estudie anatomía obviamente y se por donde se encuentran, por donde y como hacer la incisión) y le corte las cuerdas vocales, lo cosí y lo lleve a la olla gigante, me lo pude llevar, por dios si me puedo llevar dos cadáveres yo sola, puedo con un hombre bien formado, como lo era Eduardo. Deje su cabeza afuera, lo asegure con lo grilletes y llene la olla con agua, la puse a calentar a fuego bajo, realmente bajo para una olla tan grande, yo estaba sentada frente a el en una silla, muy cómoda por cierto, de terciopelo rojo, esta completamente hecha de madera adornada y es una de mis herencias de mi abuelo, cuando despertó, realmente no se si estaba un poco ebrio o ya estaba sobrio, pero cuando lo hizo me volteo a ver un poco ido y me sonrió, yo estaba solamente observándolo, como con enamoramiento o como cuando volteas a ver algo que te gusta, yo creo que el aun estaba adormilado ya que no sentía aun el agua calentándose y el dentro de ella, tal vez pensó que estaba en una tina o algo así, jajaja, claro, obviamente lo tendría asegurado a una tina.
Trato primero de darme los buenos días, pero obviamente aunque movió la boca, de su boca no salio ningún sonido, puso cara de espanto tratando de decir varias cosas mientras intentaba moverse y salir de la olla, a mi solamente me quedaba verlo como se movía sin decir nada mientras se calentaba cada vez mas el agua, yo igual no le decía nada, entonces me puse a echarle leña al fuego y le subí a la flama, el se puso a gritar a maldecir, a pedir ayuda y a decirme de groserías insultándome a mi y a mi madre. Un rato después se puso a llorar, ya cuando el agua ya estaba mas que tibia y estaba empezando a salirle humo, ahí fue cuando seque sus lágrimas me puse unos guantes para poderme recargar en la olla y le di un beso, al terminar de besarlo solo le di un beso en la frente y me volví a sentar en mi silla.

Recargue mi cabeza sobre mi mano y me puse a esperar que empezara a hervir, Eduardo estaba ya un poco relajado, estaba diciendo algo, por lo que pude entender de sus labios eran súplicas, súplicas de que apagara el fuego y lo dejara ir, que no le diría a nadie, que me daría dinero, que me daría lo que yo quisiera, solo a cambio de que lo dejara ir, que el quería seguir viviendo, y bueno, como vio que solo le sonreía, empezó a llorar, de nuevo, era como un niño pequeño, lloraba de tal forma que bueno, me dio ternura, pero mi sádica diversión gano para verlo hervir, lo volví a besar y ya solo me senté a verlo, el agua ya estaba muy caliente y el empezaba a retorcerse, intentando gritar y decir palabras, en ese momento ya no supe que dijo, pues se estaba retorciendo mientras gritaba en silencio, no pude entender que era lo que decía.
Vi como poco a poco su piel comenzaba a tomar un tono rojizo y después empezó a desprenderse por si sola de su cuerpo, yo solo estaba observando con una ligera sonrisa, después de que ya no tenia piel y todos los músculos estaban expuestos, su grasa corporal, que no era mucha, empezó a derretirse y quedar mezclada con el agua entonces aun sin dejar de moverse se veía como sus músculos iban tomando un color beige, era como carne de cerdo hirviendo, poco a poco iba dejando de moverse, hasta que estando completamente cocido ya no se movió, fue entonces cuando tape la gran olla para que terminara su cocción, bueno si se preguntan que hago con toda esa carne cocida, bueno a veces como y le doy también de comer a mis perritos y a algunos otros de la calle, amo mucho a esos animalitos, y pues obviamente soy cuidadosa de que no conserve su forma del cuerpo humano a veces solo la corto o hay veces que muy ociosa la deshebro, pero esa carne jamás se desperdicia, pues siempre habrá perritos hambrientos en la calle, es una gran lástima que pase eso, ero la humanidad es así. Los órganos igual los despedazo o a veces los hecho como abono para mis plantas. De cuando herví a Eduardo, tarde un mes en volver a buscar otro para hervir, realmente me sentí muy feliz por todo un mes, obviamente me lo comí a el, normalmente los cadáveres de antes no me los comía yo, a veces los tiraba, o cuando aun estaban un poco digeribles se los daba a los perritos de la calle, a los míos no.
Me quede con la ropa, su chamarra es lo que uso de todo lo que traía ese día, si así es me quedo con lo que traían puesto mis victimas, que feo se oye, pero creo que ese es el termino correcto. Me quedo con todo, uso lo que me queda y guardo lo que no, lo guardo en bolsas en mi closet, por ejemplo, uso la chamarra de cuero de Eduardo, las botas de Alexa, los pantalones de Sandra, si, también herví mujeres, la mayoría de las personas que he hervido tienen primero sexo conmigo, afortunadamente ninguna de todas esas personas me ha enfermado de nada. Obviamente me brindan placer, mucho, con el sexo, verlos hervir y su carne que comemos después.
Oh, recuerdo que una vez le di de comer a mi madre la chica del día anterior, la chica se llamaba Allison, la misma técnica de siempre, me la encontré mientras me tomaba mi whisky, fuimos a mi casa, comimos un poco, tuvimos sexo, la opere y después la puse a hervir, mi madre iba a ir a visitarme ese al día siguiente, yo ya tenia limpio todo para cuando ella llego, tenia lista la comida, era un pozole con mucha col, y bueno estaba hecho de los muslos de Allison que eran carnudos, sino mal recuerdo me había contado que le gustaba correr maratón, mi madre se chupo los dedos, claro, ella jamás supo que se había comido a alguien, mucho menos de mi sádico placer; realmente mi madre esta muy distanciada de mi.
Bueno, ¿que cuantas personas llevo hervidas? Bueno de Eduardo para acá son aproximadamente 14 meses, pues no llevo bien la cuenta, pero van como 250 redondeandolo.

Tengo mucha ropa en mi closet.

Historias Cortas de Amor y MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora