Capítulo 5

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DÍA 2

Lo que había pasado hace un día era totalmente descabellado. ¿Un sobrino? No, era imposible. Mi hermana vivía en Jujuy, se había mudado por casos de trabajo. Pero ahora, en una situación tan compleja quiere que cuide a su hijo, de ninguna manera. En este momento me encontraba en la mesa, un café en mis manos. Leo sentado en frente mío mirando incómodo y yo sin quitarle la vista de encima, tenía demasiadas preguntas para hacerle.

Flashback

-¿¡Mi sobrino!?- Le grité al pobre niño, él no tenía la culpa. Era medianoche y yo estaba en pijama, desarreglada, no era un buen momento para recibir visitas.

-Sí, mi mamá, Clara, me mandó para que esté un mes con vos. Ella tiene unos temas de trabajo para resolver y conmigo no puede.-

"Claro, como yo estoy haciendo nada todo el día me lo mandó a mí." Pensé sarcásticamente.

-Pero no avisó nada de que llegabas-

-No, fue de urgencia.-

Estuvimos parados como diez minutos en la puerta. Yo estaba procesando todo, y si, a la medianoche mi cerebro no funciona muy bien que digamos.

-Em... Perdón por romper tus pensamientos pero... ¿Puedo pasar?-

-Si, pasa-

Nos sentamos en la mesa y le preparé un té con tostadas. Era medianoche pero supongo que por el viaje habrá tenido hambre. Me hice un café, y estuvimos así hasta que llegó el día.

Fin del flashback

-Una pregunta tía...¿Qué hacemos ahora?-

Estaba por contestarle cuando el teléfono empezó a sonar.

Fui a mi cuarto para contestar, dejándolo a Leo con la tele y dibujos, así se entretendría.

-Nérida-

-¿Qué?-

-¿Sabes? Me estoy cansando de...

-¡Tíaaaa!, ¡una cucaracha!-

Leo, mal momento para gritar.

-¿Nérida? Con quien te encuentras?-

-¡Ay! ¡Me va a comer!-

-¡Leo deja de gritar!- El peor momento para que aparezca una cucaracha.

-¿Acaso es un niño?-

-¡Sí!, ¡No! Digo... algo por el estilo.-

-Ah, un extraterrestre-

-No pe...-

-¡Tía por favor!-

-¡Leo cállate!

-Ah, así que se llama Leo-

-No, no le hagas ca...-

-Listo tía, el perro se comió la cucaracha-

-Ah Nérida veo que salvaste tu perro. En fin, escuché toda la conversación.-

-Bueno, ¿Qué me decías?- Ya no sabía si reír o llorar por lo que acababa de pasar.

-Si, eso, casi me olvidaba. ¿Viste que tenías...-

-¡Tía! ¿Tienes galletitas? Tía, tía, tía-

¡Santa madre de Dios!

-Ahora vengo Fakundo, espera-

Deje el teléfono sobre mi cama y fui hacia mi sobrino, le deje un paquete entero de galletitas para que coma.

-Espero que tengas hambre Leo-

Nérida Gorbón "Ojos Que No Ven, Chica Que Lo Cuenta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora