EL FARO

CAPÍTULO DOS

Lo primero que note al bajarme fue, que aunque estábamos en verano había una brisa de viento frío que te relajaba. Fue lo primero que me gusto de allí.

Está casa es inmensa, ya que sólo éramos dos personas, supuse por las personas que salieron que allí vivían los del personal de limpieza y ayudantes. Cuando mi padre falleció nos dejó una cantidad de dinero capaz de pagar estos lujos, así que no me preocupe.
La casa era antigua pero con un toque moderno que te hacía enamorar inmediatamente. Me limite a decir un buenos días a las personas que bajaban mis cosas y me adentre a la que sería mi casa.

Cuando entré a la casa no me sorprendí, no es que fuera fea, era extraordinaria pero por alguna razón sentí que ya conocía todos los lugares de esta casa. Tal vez me acordé de cuando estuve aquí de pequeña.
Subí por las escaleras de la izquierda y llegué a un pasillo con varias puertas; me estaba guiando por lo que me decía mi memoria. Entre en la última habitación, y como supuse era la mía. Las mujeres del servicio ya habían subido mis cosas.
Muy bien, me dispondré a ordenar y dormir unas horas.

***

18:22 p.m.

Uff!! La verdad que una siesta repara todo, me siento como nueva.

Me dispongo a bajar para ver si como algo o tal vez salgo a recorrer un poco el lugar.
-¡Mamá!- No creo que mi madre esté por aquí. En Jacksonville mi madre después de la muerte de mi padre cayó en depresión, no salía de su cuarto muy frecuentemente. Por eso espero que estando aquí mejore, ella siempre me hablaba de lo bien que se sentía cuando vivía aquí por eso decidimos volver.

-Hija, que bueno verte.- Me dijo sonriendo mientras se sentaba en el sofá comiendo unas fresas. –Como estabas muy cansada decidí no llamarte para la cena, espero no te molestes.

-Tranquila mamá, esa siesta me ayudó mucho- Dije formando una sonrisa. ¡No lo puedo creer! Mi madre. En el sofá. Comiendo fresas. –Mamá me gusta verte así de feliz, espero que sea seguido.

-Me siento mucho mejor desde que llegamos, voy a ser siempre así. Si quieres puedes ir a recorrer el lugar, en la esquina hay un Subway tal vez puedas comer ahí algo, mañana temprano tendremos tiempo de ir a la playa y conocer todo.- Dijo con una sonrisa y dándome diez dólares.

Salí de la casa, y como dijo mamá desde afuera se podía ver el Subway, ella sabe que es mi lugar de comida preferido.
Sólo tuve que dar 30 pasos y ya estaba allí. Si me lo ponen así de fácil, vendré siempre :D

(...)

Luego de pedirme un sándwich extra grande de pollo me senté en una de las mesas de allí.

Al terminarme mi sándwich me dispuse a salir e ir a mi casa. Pero cuando estaba llegando a la puerta una chica del lado de afuera no vio que estaba abriendo la puerta y se tropezó y cayó de pompis al suelo.

-Discúlpame, estaba tan concentrada en mi teléfono que no vi que estabas abriendo la puerta.- Su voz me sonaba realmente conocida, tal vez la había conocido antes.

-Discúlpame tú no te vi por lo vidrios negros de la puerta.- Le ofrecí mi mano para que se levantara; pero me asusto un poco la cara que puso al verme, era como de... como de miedo.

-Me llamo Megan.- Dijo y me tendió la mano para estrecharla.

-Me llamo...-

-Anna, ya lo sé.- Me dijo sonriendo y mirando al suelo. Eso fue, sumamente extraño.

-¿Nos conocemos?

-No...Key Biscayne es un lugar en donde los "chismes" corren rápido y la noticia de que Caroline y su hija volvían aquí ya se desplazó por todo el lugar jaja.- Bueno en eso tiene razón, mi madre ya me había dicho que las noticias corrían rápido por aquí, no me sorprende

-Bueno un gusto en conocerte Megan, espero volver a verte, ya me tengo que ir.- Dije tratando de hacer mi mejor sonrisa.

-El gusto es todo mío...emm, mañana por ser 4 de julio hay un desfile, al final todo el barrio se reúne en la playa para ver los fuegos artificiales, ¿Quieres que pase por ti? De seguro tu mamá ira con alguna vieja amiga.

-Está bien, como ya sabes vivo allí.- Le señale mi casa.- Pasas por mí a las, ¿ocho?

-Sí, claro, nos vemos Anna.- Y se adentró a la tienda.

(...)

-¡Mamá, ya volví!

En la casa reinaba el silencio, pero la luz del fondo estaba encendida así que decidí ir a ver si estaba allí.

-Hija, ven aquí, te quiero presentar a algunas viejas amigas.

Allí estaba sentada mi madre, con tres señoras más. Estaban tomando una copa de vino y comiendo trozos de queso.

-Un placer conocerlas señoras.- Dije.

-Ella es Patricia,-Dijo señalando a una señora colorada de ojos verdes, muy bonita.-Ella es Karen- Señaló a una señora de cabello negro con los ojos color miel que ya se le notaban las arrugas alrededor de los ojos.-Y por último, ella es Elizabeth.- Está mujer tenía el cabello marrón y los ojos azules, parecía una modelo, me pareció conocida mmm.

-La verdad Anna estas igual de bella que antes; yo soy amiga de tu madre desde el primer día en que tu madre estuvo aquí; -Sonrío, y wow que dientes, que envidia.- tengo una hija llamada Megan que tiene tu misma edad, tal vez no te acuerdas porque sólo jugaron una vez juntas, pero ya tendrán tiempo de conocerse.

-Me encontré con Megan hace un rato en Subway, y quedamos de ir al desfile juntas.

-Qué bueno que ya tengas amigos hija, yo iré con ellas al desfile.

-Bueno, fue un placer conocerlas, iré a mi habitación a terminar de ordenar algunas cosas y a dormir, adiós.

-El placer fue nuestro Anna.- Dijo, ¿Patricia? Si creo que ese era el nombre.

Mañana será un nuevo día y espero poder dormir bien.