Capítulo 4: El baño.

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-¿Qué hiciste ayer? -Felipe se veía raro.

-Una amiga, un problema... -las mentiras no se me dan.

¡Pero vamos! Ayer había flipado todo. Dan se ofreció a llevarme una sesión de fotos, lo que yo quería era que me cantara.

-Vale, si no me quieres decir entenderé -vaya que estaba raro.

En ese momento Vaney estaba a parada enfrente mío y de Felipe.

-¡Chicos! ¿Creen que? -señalaba la silla que estaba a mi lado.

-Ah supongo.

-¡Gracias! -hoy ya no se veía enfadada.

-¿Y? ¿Cómo están? -en ese momento yo sólo la miraba a ella.

-No mejor que tú -es que Felipe nunca dejaba de «coquetear».

-¿Sam? -Vaney joder, me perdí en sus ojos.

-Oh si, bien bien -y yo sigo con mi idiotez al verla.

-¿Me puedes acompañar al baño? -Vaney ya estaba de nuevo parada.

-Si. No tardamos -Respondia sin importancia.
Felipe tenía unos ojos hermosos.

-Espero que el profe no llegué -dijo

Ya en el baño.

-¿Todo bien Sam? -no era necesario gritar, le detenía la puerta del baño.

-Si -sigo siendo fría.

Cuando Vaney salía empujó demasiado fuerte la puerta que asote contra el suelo, sus ojos sólo tenían preocupación. Se arrodilló hacía mi.

-¡Perdón! -Vaney.
No era para tanto, sólo mis manos estaban rojas y mi cabeza dolía muy poco.

-Vale, no es nada -tenía enfrente de mi a la chica más hermosa

En ese instante se empapo las manos con el agua fría, tomo las mías y las masajeo.

-¿Donde más te lastimaste?

Traté de levantarme, lavé mis manos y moje un poco mi cabello. Vaney bloqueaba la puerta con la cabeza agachada. Me acerqué a ella.

-¡Vamos! Estoy bien -no sabía porque sus manos iban hacía mi frente.

-¡Joder! Estas sangrando -Vaney.
Voltee hacia el enorme espejo, ahora ni siquiera sabía dónde me había pegado.

-¡Estoy bien! -yo quitaba la sangre de mi frente.

Agarró mi mano y me acercó hacia ella. Miraba mi frente con detalle, yo solo veía sus labios igual que Dan a los míos el día anterior.
Vaney ya miraba mis labios.

-Si, ya no tienes nada... Sería mejor que fuéramos al médico -Vaney.

Alguien empujó la puerta que estaba detrás de Vaney, quedamos realmente pegadas.

-Lo siento -solo eso se oyó y nadie entró.

Entonces Vaney con la mano izquierda cerró la puerta, la derecha estaba en mi cintura que hacía que fuera cambiando para atrás quedando contra la pared.
Sus ojos seguían en mis labios. Mis dos manos iban hacía sus mejillas.

-Eres muy hermosa -dijo Vaney, solo basto eso para que estallara la guerra.

Sus labios eran suaves, deliciosos, su aroma aún más.
Mis manos bajaron hasta su cintura y ahora las suyas se encontraban en mi cuello, una de ellas hizo que la besara aún más fuerte porque empuja mi cabeza hacia su rostro.
¡Joder! Alguien abrió la puerta.

-No Sam, no tienes nada en la frente -dijo Vaney.

La chica era la pelirroja de nuestro salón, estoy segura de que no vió nada.
Salimos muy rápido y nos dirigimos hacia la enfermería.

-Quedate aquí, iré a decirle al profesor lo que ocurrió -ya me encontraba sola con la «doctora».

Dijo que no tenía nada (como ya sabía) y que solo fue un golpe en la cabeza
De pronto ví a Dan en la puerta de la enfermería, yo iba de salida.

-¿Qué demonios haces aquí? -y sigo con mis estupideces.

-Vaney dijo que te golpeaste y salí corriendo para ver si todo estaba en orden.

-Le dijo al maestro que era tú novio -dijoVaney mientras miraba sus uñas molesta.

-¿En serio? -respondi con una cara de interrogación.

-¡Joder niña! Hay cosas más importantes en este momento -Dan agarró mi brazo y se lo pasó por el hombro como si no pudiera caminar.

Al llegar al salón la hora ya había acabado.

Todos se nos quedaron viendo, por un instante ví a Felipe en su asiento y después en frente de mi.

-¿Te pasó algo malo? -dijo Felipe, como si me hubiera caído del segundo piso.

-No, nada -dijo Dan, no se si se daba cuenta pero me agarró la cintura y la apretaba muy fuerte.

-Ya esta bien -¡vamos Dan! que celoso me saliste.

-Por suerte solo fue un golpe leve -dijo Vaney, estaba recargada en el marco de la pueta.

Tenía a tres personas a mi alrededor, ya me sentía protegida y amada. JAJA que ingenua soy.

- ∞ - ∞ - ∞ - ∞ - ∞ - ∞ - ∞
Ya estábamos en el «estudio» de Dan.

-¡Sam! ¿Quieres algo de tomar? -Dan se veía aún preocupado.

-No gracias -por eso nadie me quiere.

Ya había dos sillas en el pequeño cuarto, la guitarra estaba encima de una.

-Dan... -dije.

-¿Qué pasa? -Dan ya tenía la cámara en sus manos.

-¿Puedes cantar? -creo que lo miraba con encanto.

-¿Y después puedo tomarte fotos? -ahora la cámara se movía arriba y abajo.

-Después vemos -agarre la guitarra y se la di.

Quedé enfrente de él sentada en la silla, su voz era hermosa, sus dedos se movían un tanto rápido por esas cuerdas.

-¡Las fotos! -agarró mi brazo.

-Otro día -abrí la puerta.

-¡Ese era tu plan! -dijo Dan enojado.

-Si quieres me puedes llevar a mi casa - yo apuntaba a su coche.

Cuando ya habíamos llegado a mi casa, para despedirme le di un beso en la comisura de sus labios, pero él sin más puso la mano en mi nuca tratando de que lo besara pero a unos centímetros de ese manjar susurré...

-No será así -y salí del coche.

Para mi, tu y yo, siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora