Prólogo. El gran día.

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Hasetsu, Japón.

Los tonos de púrpura y carmín se apoderan de las nubes que surcan el ardiente cielo. La timidez de las primeras estrellas sólo les permite desdibujarse en el borroso paisaje; el atardecer luce precioso y los cánticos de las gaviotas hacen coros a la escena que se lleva a cabo en la playa.
Un arco bellísimo de rosas azules enmarca al impaciente novio; sus mechones de plata bailan al ritmo del viento, ocultando por milésimas de segundo el azul profundo de su angustiada mirada.
Los invitados comparten sus nervios; hace más de una hora que debió haber llegado...
Los últimos rayos del sol se reflejan en aquel anillo y resplandecen en sus ojos.
El aire se vuelve pesado, el ambiente también...

¿Dónde está?

La tensión abraza a cada uno de los asistentes y pronto los susurros se convirtieron en la música de fondo.
El cielo se apagó por completo y el rostro del novio ensombreció; las lágrimas se acumulaban en sus lagrimales...

¿Dónde estás, Yuri?

El lugar es invadido por las sombras y la incertidumbre...
Segundos después, los teléfonos de los invitados y del novio se encienden en perfecta sincronía.
Mensaje de texto, número desconocido...

"El cerdito llora demasiado... Merece un castigo, ¿no crees?"

El caos y la confusión se pelean el primer lugar...

¿¡Yuri!?

Una llamada entrante al celular del novio; contesta.

-¡¿Puedes callarte de una jodida vez?! - la voz está distorsionada- Él puede oírte ahora.

-¡Victor! -sollozos- ¡Victor, ayúdame!

-¿Yuri?- Victor... -está llorando, mucho- Búscame... V-Victor... Sálvame... -golpes sordos, parecen patadas.

-¡Yuri! ¡Yuri! ¿¡Dónde estás!? ¡¡¡Yuri!!! -su voz irradia coraje, desesperación.

-Ya oíste, querido, ¡es hora de divertirse un poco! -la voz distorsionada, de nuevo- ¿vienes?

La llamada se corta.

Yuri...

El peliplata ha caído de rodillas en la arena y esconde el rostro entre sus manos; el llanto escurre por su cara.

Yuri...

Un tic-tac aplastante taladra su cabeza...

¿Qué fue eso? ¿Qué jodidos acaba de pasar? ¿Quién demonios llamó?

Las preguntas se forman a una velocidad impresionante y se mezclan...
El tiempo corre...

Yuri...
Yuri... Te encontraré...
Tic-tac...
Te juro que te encontraré... No me detendré...
Tic-tac...

Hasta encontrarte.

Hasta Encontrarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora