Coincidencia provocada

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Estoy convencida de que, a lo largo de estos años, hemos coincidido en algún lugar de esta pequeña ciudad. Sé que nos hemos mirado pero no nos hemos visto. Sé que nos hemos rozado o incluso chocado pero no nos hemos tocado.

Podríamos habernos conocido antes.Podríamos tener amigos en común, pero eso nunca pasó. Solo ocurrió en el momento indicado. El momento en el que la coincidencia dejó de ser un factor de azar para ser provocada.

Todos aquellas situaciones en las que pudimos habernos conocido dejaron de tener sentido. La lógica y el curso de nuestras vidas decidieron tomar la misma dirección en sentido único. Ahora ya no vamos en diferentes trenes. Vamos en el mismo vagón, sentados uno al lado del otro recorriendo el mismo raíl. ¿Para qué? Para encontrar nuestro lugar en el mundo juntos.Para descubrir nuevos lugares y aventuras.

Cada vez que el tren pare, bajaremos de él para escribir en nuestro cuaderno de viajes nuevos capítulos.Después volveremos a nuestros asientos al lado de la ventana. Puede que, en ocasiones, llevemos más equipaje o incluso que otras personas suban al tren con nosotros para acompañarnos.

No sé a quién debo darle las gracias por provocar esta situación. No sé hacia dónde irá este tren dela vida. Lo único de lo que estoy convencida es de que el viaje lo haré contigo. El cómo, cuándo y por qué son solo preguntas que carecen de importancia cuando sabes que tienes a esa persona especial a tu lado. Esa persona que te acompañará hasta el final del trayecto y te apoyará.  

El rincón de los gatos negrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora