Mientras Él me acerca a su regazo, puedo sentir cómo su calor y mi frialdad van fusionándose, puedo sentir su olor y su piel mientras deslizo mis brazos bajo su camisa.
Cada vez me abraza con más fuerza mientras yo acomodo mi cabeza sobre su pecho.
Siempre que estoy con Él me siento como otra persona, me olvido de todo. Miedos, angustias, frustraciones, todo eso se esfuma cuando me encuentro entre sus brazos.Me siento amada.
Levanto mi mano para acariciar su rostro, Dios, cómo adoro hacer eso. Generalmente cuando lo hago Él recarga su cabeza para que lo pueda acariciar bien, pero esta vez hace algo diferente. Se gira y me tumba en el pasto. Por un momento me asusto, pero vamos, nunca me haría daño, es el único que nunca lo ha hecho.
Él queda sobre mi, tengo a esos ojos justo frente a mi, esos ojos que son el centro de mi universo, lucen tan preciosos tan cerca...
Mi corazón empieza a latir más rápido, no tengo idea de qué hacer o qué vendrá y, de repente, sin previo aviso, comienza a besarme.
Parece que el tiempo se detiene, es un beso tan hermoso, mucho mejor que mi primer beso. Aquel fue algo horrible, pero este es tan diferente...Mis labios inexpertos y atormentados por aquél primer intento fallido se derriten en sus carnosa y experimentada boca. Tan dulce al principió, pero apasionado al final.
Es perfecto.
Es como un sueño...todo es tan hermoso..., no quiero despertar, no quiero volver a la realidad, Èl es mi realidad ahora, quiero quedarme por siempre a su lado, ver esos ojos cada mañana, escuchar su voz cada día a cada momento, apretarme contra él y permanecer así por horas, quiero amarlo, quiero que me ame, me rehúso a abandonarlo pero de repente...
- Hija...hija...es tarde, ya tienes que entrar
Abro los ojos.
- ¿Q...qué?, ¿Qué hora es?
- Las 3 de la mañana, vamos, mañana tienes escuela
- Siempre a ésta hora - digo dentro de mi con un nudo en la garganta.
Me levanto, doy una ultima vista al cielo estrellado y, dando un gran suspiro, regreso a mi habitación.