PRIMERA PARTE

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Hay gente que es lo suficientemente fuerte para ocultar sentimientos y fingir que no pasa nada, pero incluso esas personas tarde que temprano decaerán ¿porqué? Simple, porque a veces es tanto el sentimiento que no lo pueden contener, porque hay algo que los desmorona y no pueden más.

"Tarde que temprano la verdad sale a la luz"

Era mañana, los rayos del sol entraban por la ventana molestando al pelinegro que aun seguía en su cama cómodamente.

Desde la entrada de su casa se escuchan golpes en su puerta, Guillermo gruñe en respuesta pues estaba tan cómodo en la cama que no quería levantarse. Camina hasta la entrada de su casa con muy pocos ánimos para ser sinceros.

Cuando abre la puerta se encuentra con su mejor amigo demasiado arreglado a comparación de el que esta en pijama.

Guillermo concentra su mirada en todo el cuerpo de Samuel, es que le era imposible no hacerlo si le parecía demasiado atractivo.

-Se supone que estarías en la plaza desde hace media hora- Habla Samuel rompiendo el silencio y llamando la atención de Guillermo puesto que lo decía de manera seria y enfadada -¡Joder! Que me habías preocupado- eso último lo dijo con un cierto tono de enfado y alivio al saber que su amigo estaba bien.

Guillermo pinto una ligera su sonrisa en sus labios le encantaba saber que su amigo se preocupaba mucho por el, eso lo hacia sentir simplemente feliz.

-Perdona es que me había quedado dormido- responde Guillermo - no había dormido durante toda la noche - lo que dijo era verdad pero ¿porque no había dormido? Simple, buscar maneras de como seguir ocultando sus sentimientos a su mejor amigo.

A Guillermo le era ya casi imposible ocultar aquel amor que le tenía, no es nada fácil. Guillermo tenia que aguantar todos lo que le decía su mejor amigo, desde que se había peleado con su novia Samanta hasta como se habían reconciliado y eso le dolía, le dolía hasta el punto de ponerse a llorar en las noches, pero no podía hacer otra cosa.

Lo que mas le causaba dolor a Guillermo era escuchar a Samuel decirle cuanto amaba a Samanta eso era algo que no podía soportar definitiva mente; mientras en el rostro del pelinegro se reflejaba una gran sonrisa por saber que su amigo era feliz por dentro su corazón se estaba haciendo pedazos.

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Después de que Samuel regañara a Guillermo por haberlo preocupado, decidieron quedarse a comer en la casa de Guillermo, el principal propósito de ese día era pasarlo juntos como los mejores amigos que eran.

Durante el desayuno hablaron de cosas sin importancia cada tontería que sacaban como tema para platicar terminaba en otro aun mas tonto, pero aun así no podían quitar la sonrisas de sus caras.

- Y bueno, como te ha ido en natación digo, si se puede saber- preguntó el castaño después de tomarle un poco al jugo de naranja que habían preparado para el desayuno.

-Todo va muy bien cada día me esfuerzo para mejorar- Guillermo estaba en natación era a lo que se quería dedicar su vida y no habría nada que lo detuviera, era lo que mas le gustaba.

- ¡Hombre! Claro que te esfuerza y eres de los mejores, desde que eramos niños era lo único que decías que te gustaba- Menciono Samuel, y si, se conocían desde niños y cada día su amistad era mas fuerte.

- Uff eso espero, ser uno de los mejores, algún día... - Dijo Guillermo después de morder su tostada, que aunque era un desayuno sencillo era lo que mas le gustaba - y que hay de ti ¿has logrado entrar a la facultad de enfermería?-

SENTIMIENTOS OCULTOS ||Fanfic Wigetta ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora