Who? «Jalonso»

Capítulo 1.

Alonso despertó por un gran brillo que chocaba contra su rostro.

Se dio cuenta que estaba en un hospital y entró en pánico.

—¿¡Mami!? ¡Mami! ¿Dónde estás? —Decía como un niño de siete años.

—Aquí estoy Alon, aquí está mami —acaricia su cabello.

—¿Qué hago aquí?

—Sólo tuviste... —pensó sus palabras—, un ataque de nervios y desmayaste.

Claro que no le diría que había tenido un accidente automovilístico, el doctor les había dicho que si despertaban algo confundidos no debían mencionarles tal cosa.

—¿Cuándo volveremos a casa?

—Cuándo el doctor diga cariño, no te preocupes ahora por eso.

—Está bien —Suspira—. Solamente recuerdo haber estado en un auto con un chico, estábamos en la carretera, realmente había un mal clima. ¿Pasó eso? Creo que sólo es mi imaginación.

Columba no contestó, sentía su corazón hacerse añicos, realmente la idea de que Jos y Alonso no recordaran nada le mataba, habían luchado demasiado con tal de estar juntos y ver como todo ese esfuerzo se había ido al carajo dolía.
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Mientras tanto en la habitación de Jos...

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—¡Mierda Fernanda! Tengo un dolor insoportable de cabeza.

—No intentes recordar las cosas, no lo harás, ¿sí? Si lo sigues haciendo te dolerá más la cabeza.

—Me están mintiendo, quiero saber la historia real.

—Ya te la dije, estabas jugando fútbol con Gus, la pelota se fue al tejado, intentaste bajarla y terminaste cayendo desde ahí. Por suerte no era tanta distancia, sino hubieras muerto.

—¡Eres una vil mentirosa!

—¡Sí no me crees pregúntale a mamá!

—¡Ella no aparece!

—¡Ve a buscarla idiota!

Jos iba a escupir unas cuantas palabras pero la voz de su madre lo interrumpió.

—¡Basta los dos! Estaba comprando un café y cuando vengo ustedes discutiendo —dice con cierto enojo.

—Pero Fernanda no me cuenta las cosas como son.

—Ella te dice la verdad, caiste del tejado.

Jos se recuesta en la camilla y cubre sus ojos.

—Perdón. Es que, no sé, recuerdo un poco y no me recuerdo a Gus y a mí jugando fútbol.

Fernanda y Mariana intercambian miradas.

—Quizás estás confundido.

—Sí, supongo.

La habitación quedó en un gran silencio.

Minutos después el doctor dio de alta a Alonso y a Jos, realmente llevaban ahí tres días, dos de ellos los habían pasado en coma y el otro un poco inconcientes.

Al salir cada uno de su habitación salen rápidamente, olvidando ver su camino chocando uno con el otro.

Al chocar, a Alonso se le caen unos libros y cuadernos que llevaba con él, y a Jos su teléfono.

—L-lo siento, llevaba prisa —dice agachándose para recoger sus cosas—. Que tonto soy, lo...

Se queda a medio hablar cuando ve que el chico con el que chocó ayudaba a levantar sus cosas y accidentalmente sus manos quedaron encima de las del pelinegro.

—No te culpes —sonríe y le tiene uno de sus cuadernos—. También fue mi culpa, estaba prestándole más atención a mi teléfono que a mi camino.

Alonso recibe su cuaderno con algo de nervios.

—G-gracias.

—¡Alonso! Debemos irnos —Dijo para luego cubrir su boca al ver que estaban teniendo una pequeña conversación.

—Uh, sí, ahora voy —Dijo para después ponerse de pie seguido del pelinegro—. Debo irme, un gusto haber chocado contigo.

Cerró sus ojos con fuerza al saber lo que había dicho. "Tonto" pensaba para él mismo.

—El gusto fue mío pequeño Alonso —Sonríe.

Se despiden con un movimiento de mano y cada uno toma su camino.

—¿Quién era ese chico?

—No lo sé, choqué con él y ya.

—No sé que te dijo pero supongo que algo bonito.

—¿Por qué lo dices?

—Estás rojo como un tomatito.

—¡Mamáááá!

—Ow, qué lindo.

—No lo es, es un extraño y ya. 

—Como quieraaaas. 

Alonso suelta una risita y niega con la cabeza. 

—Dime para qué son todos estos libros y cuadernos. 

—Para algo, lindo Alonso. 

—¿Cuando regreso a clases? ¿Ya pronto, verdad?

—Sí, la semana entrante. 

Alonso asiente con un movimiento de cabeza y sonríe. Se puso a pensar: ¿Y si aquel chico con el que chocó estudiaba en la misma escuela que él?, ¿le hablaría o ignoraría? Realmente le había parecido muy atractivo ese chico, pero no, no podía enamorarse de él. Ignoró completamente todos sus pensamientos y se concentró en su camino, no quería chocar con alguien más. 

Salió del hospital junto a su madre y se dirigieron al auto, una vez ya dentro de este ya y una vez encendido decide poner la radio. Sonaba 'Perfectly Perfect' de Simple Plan. 

—Dios, me encanta esta canción. 

—¿Ah sí? 

—Sí, esta canción no se le dedica a cualquiera. 

Los ojos de Columba se llenaron de lágrimas, esbozó una leve sonrisa al recordar que Alonso le había dedicado esa canción frente a ella a Jos, le rompía el corazón saber que ya ninguno de los dos recordaba tan hermosa escena. 

Alonso se la dedicó a Jos cuando eran amigos y ninguno de los dos se había dado cuenta cuan enamorados estaban uno del otro. Cuando en vez de jurarse amor eterno se juraban amistad eterna, cuando en vez de tener citas tenían reuniones de amigos, cuando sus promesas consistían en ser los mejores amigos para siempre en vez de no dejarse nunca, cuando en vez de ser pareja eran solamente amigos. 

"—Siempre juntos, siempre.

  —Siempre, aunque el mundo no este a favor. "