—¿Yoongi? He hecho té. —me senté en el borde de la cama, tendiéndole la bandeja en donde se encontraba su vaso, humeante.
Este frunció su ceño, intentando acostumbrarse a la claridad repentina de la habitación.
—¿Qué haces despierta? ¿Por qué no estás en cama conmigo? —refunfuñaba entre dientes como siempre hacía al despertarse, mientras refregaba sus ojos.
¿Por qué en estas ocasiones parece un niño pequeño...?
—He ido a preparar el desayuno. Además, no conseguía volver a pegar el ojo una vez me desperté. Roncas demasiado alto. —le eché la lengua a modo infantil y salí de la habitación.
Cuando cerré la puerta pude oír su ronca carcajada, haciéndome parar en el sitio y soltar una pequeña risita yo también.
Al menos ambos estamos de buen humor.
Me encaminé a la cocina, y allí coloqué los dos cuencos con arroz, el ramen y los palillos sobre la mesa donde comeríamos. Llené dos vasos de agua y coloqué el jarrón con una linda flor en medio de esta.
En eso Yoongi entró por la puerta, rascándose el cabello, el cual estaba todo despeinado.
—Buenos días, bello durmiente. —dije en tono sarcástico.
Este me abrazó por la espalda, depositando un beso en mi mejilla mientras terminaba de colocar las servilletas.
—Buenos días, Ha. —saludó con su voz ronca.
Y así es como Kim Haneul quedó fuera de combate.
Pero después de despertar de mi trance por el contacto cariñoso de Yoongi, me empecé a reír a carcajadas, y este me miró como si estuviera loca.
—Pensaba que habíamos dejado este juego, Yoon. —seguí riendo.
Aquel día hablando por teléfono había acabado en un delirio importante a las dos de la mañana. Recordaba ese día con mucho cariño, riéndome inevitablemente cada vez que recordaba ciertos aspectos de la conversación.
—¿Cómo iba a ser eso posible? La pareja Hayoon sigue aquí, la fiesta aún no ha acabado~ —me sonrió, y yo lo hice de vuelta.
Nos sentamos a la mesa y comenzamos a comer.
—Estamos desayunando muy tarde, ya es la una de la tarde. ¿Acaso no se puede llamar a esto ya comida del mediodía? —reí.
—Lo sé, pero necesitábamos dormir, ayer nos acostamos de madrugada. —hubo un silencio en el que solo se nos escuchaba masticando—. ¿Cómo está tu herida?
—Mucho mejor. —sonreí alegre.
—Me alegro.
Y con esa última frase de Yoongi, terminamos la comida sin añadir nada más.
A la tarde nos sentamos en el sofá y vimos un poco la televisión. Pero según pasaban las horas, el estómago se me iba revolviendo más y más y más...
Tanto que Yoongi llegó a notar mi malestar antes que yo.
—¿Te encuentras bien? Estás un poco pálida...
—¿Ah? Sí, estoy bien. Además, siempre fui de piel pálida.
Pero entonces noté un pinchazo en el estómago, y no era precisamente por mi herida.
—Yo a eso no le llamo estar bien... Vamos al baño.
Allí me miré en el espejo. La verdad estaba bastante más pálida de lo normal, y digamos que las pronunciadas ojeras no ayudaban a verme mucho mejor.
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Prodigies. ➳Min Yoongi.
Fanfiction❝A veces, las cosas llegan en el momento más inesperado de todos. Otras veces, son las cosas que llegan las más inesperadas de todas.❞ ;no copias ni adaptaciones; ©_miinmin