Nuestro lugar en el mundo

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Disclaimer applied.

Dedicado en cuerpo, mente y corazón a St. Yukiona. Sus letras y su existencia son mi inspiración.

Recomendación musical: Near Light de Ólafur Arnalds 

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4 | Nuestro lugar en el mundo

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[Kageyama]

El inminente "no" siempre ha estado presente en la vida de Shoyo.

"No salgas a jugar tan tarde"

"No hables con personas extrañas"

"No hables con la boca llena"

"No vayas al bosque"

"No te hagas amigo del hijo de los Kageyama"

"No te enamores de él"

Prácticamente Shoyo no ha obedecido a ninguna de ellas.

Y ahora que su madre se encuentra viéndonos, analizando nuestros cuerpos en espera de encontrar alguna flaqueza en ellos, algo que la haga seguir insistiendo hasta conseguir que su hijo renuncie a la idea que básicamente le ha gritado desde el recibidor al llegar corriendo, -porque Shoyo es algo así como un cotorro que no sabe de discreciones-, él y yo solo nos tomamos de las manos en silencio. Sin decirnos nada ni hacer señas, éstas encajan perfectamente sin chocar torpemente.

Y nuestra firmeza se siente como oro puro. Como el metal más indestructible en este mundo.

Pero su madre de pronto enjuaga sus ojos con lágrimas, y entonces ya no soy indestructible. Ya no soy tan firme, y Shoyo está igual.

En su lugar pienso que soy la peor persona del universo por provocarle preocupaciones y ansiedades a la persona que le dio forma a la felicidad que por muchos años esperé.

Ella le dio vida a él. Lo mantuvo a salvo por mucho tiempo. Lo procuró de una manera inverosímil, una que solo las madres conocen.

Y de pensar en la madre de Hinata paso a pensar en la mía.

En las veces en las que ella también me ha dicho "no". En las veces en las que me he rehusado. En las veces en las soy yo el producto de su llanto. Me lamento un poco pues esa la manera en la que mi madre me demuestra su amor. Supongo que ahora que veo a la señora Hinata llorar es que puedo entenderlo un poco.

—Soy tan egoísta al pedirte esto, Tobio-kun.

Después de que me abrazara desmentí aquello que Shoyo me dijo alguna vez sobre los Wendigo, aunque eso era algo que ya sabía de antemano al experimentarlo conviviendo con él.

Podían clasificarlos como criaturas de sangre fría pero los Hinata mantienen la calidez en sus corazones. Son cálidos.

Como mi madre.

Como mi padre.

Como mi abuela enferma.

Como cualquier otra persona en este planeta.

Pero eso es algo que la gente no entiende.

—Hemos pecado tanto en este mundo y aun así duele tener que pedirte que cuides de mí Shoyo poniéndote a ti en riesgo —hace una pausa, y pienso en mi madre. El llanto es muy similar cuando la preocupación se desborda por alguien a quien se ama—. Soy una mala mujer. Una mala madre.

Wendigo【Haikyuu-KageHina】#Volleyball2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora