3.- LA FIESTA 1

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Marcos, nos llevó a mi casa las primeras, ya que quedaba más cerca de donde estábamos.

Nos bajamos de la parte de atrás del coche, Ana se despidió y fue hacia la entrada.

—Adiós feos, nos vemos a la noche.

Javi puso cara de ofendido.

— Así que soy feo??

—Si, pero eres mi feo.

Vuelvo a entrar en el coche para darle un beso en la frente, pero, antes de que mis labios rocen su piel, se aparta.

— No, no puedo permitir que una belleza como tu, entre en contacto, por mínimo que sea, con alguien tan feo (y recalcó, la palabra feo, mirándome fijamente) como yo.

Dijo en tono teatral.

Puse los ojos en blanco.

— No seas idiota, déjame darte un beso.

Me volví a acercar, pero el repitió la misma acción que hace unos momentos.

—Lo siento, no soy digno de ti.

—Sabes que era coña, eres el tío más guapo que conozco.

Dije levantando manos a modo de rendición.

El se cruzó de brazos como un niño pequeño enfadado.

—No te creo, lo dices porque soy tu mejor amigo y te doy pena.

Vi que se le escapaba una pequeña sonrisa pero la disimuló rapidamente.

—Que pesado eres cuando quieres, pues te quedas sin beso, por imbécil.

El seguía fingiendo su enfado de niño, al que le dijeron que no había más chuches, hasta después de comer, así que le di un beso a mi primo en la mejilla y le di la espalda a Javi, bufando, como si ahora fuera yo la ofendida.

Baje otra vez del coche, Ana ya esta va en la entrada esperándome con cara de diversión.

Antes de cerrar la puerta metí la cabeza dentro del coche otra vez.

—Si quieres, te llevamos un poco de maquillaje, ya sabes, para ocultar un poco lo feo que eres.

Dije entre risas, mi primo también se echó a reír.

Javi se dio la vuelta, para replicar, pero cerré la puerta lo suficientemente rápido como para no escuchar lo que decía.

Me di la vuelta, encaminandome hacía la entrada de mi casa.

Saqué mis llaves, porque mi madre no estaba, ella trabajaba mucho y casi no estaba en casa, cosa que hoy me favorecía, así no tendría que mentirle sobre a donde íbamos tan arregladas.

Vivíamos en una zona bastante acomodada, en un chalé de dos pisos a las afueras de la ciudad.

Me encanta mi casa, sobre todo mi habitación, estaba en el segundo piso al fondo del pasillo.

Era bastante grande, según entraba la cama estaba del lado izquierdo de la habitación, de frente hay un enorme ventanal, también había un pequeño vestidor, un escritorio, para hacer las tareas, aunque ahora que llegaba el verano y no lo necesitaba acabaría siendo otro sitio de almacenamiento de ropa igual que el sillón que tenía justo al lado.

Entramos en la habitación y Ana fue directamente al vestidor, desvistiendise por el camino, y dejando la ropa tirada por el suelo, yo la imité pero deje la ropa sobre la cama.

La ropa que había pensado llevar, ya no me servía, por culpa del frío, tendría que volver a escoger.

—Te gusta algo??

Y decir tonterías, por ejemplo Te Quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora