Me dirijo hacia mi escuela secundaria junto con mis padres; mientras camino, se forma un nudo en mi garganta, desde hace años se forma ese nudo cuando estoy a punto de entrar. Sin darme cuenta, ya estoy frente a la puerta, despidiéndome con una "sonrisa" de las dos personas que más amo en mi vida. Saludo cordialmente a mis maestros y me dirijo a mi salón, se que al entrar pasará lo mismo que sucede desde hace 3 años: me sentaré y esperaré hasta que llegue mi mejor amiga Elida... si es que ella viene...
Escucho que alguien me llama desde la puerta del aula y giro lentamente la cabeza, al verlo se forma una sonrisa sincera en mi rostro y me avanzo con paso apresurado hacia él:
- ¡Will! ¿Cómo estás?-
- ¡Hola Darice! Muy bien... Bueno, algo emocionado, me muro por contarte- dijo fijando sus oscuros ojos en los mios
- Dime, ¿qué sucede?-
- Pues. Elida y yo quedamos de ir al cine hoy y voy a declararle mi amor y pedirle que sea mi novia, moría por contarte porque, eres mi mejor amiga- dijo sincero, sin siquiera notar que mis ojos se cristalizaron al instante.
Mientras hablábamos llegó mi maestra y me despedí rápidamente de él, no entendía porqué esa noticia me había afectado tanto: Will y yo solo somos amigos, además, Angelo y yo llevamos tiempo considerando salir; sin embargo, no puedo olvidar esos tiempos en los cuales tan solo éramos Will y yo, tan inseparables y encariñados. Ambos sabíamos que nos gustábamos, pero nos distanciamos tan de repente... En fin, espero que Elida y él sean felices, son mis amigos y les deseo lo mejor... O eso creo.
Las clases transcurrieron tranquilas y sin ningún sobresalto. El descanso llegó y me dirigí junto con Elida a la cancha, donde nos reuniríamos con nuestros amigos: Will (mi mejor amigo y enamorado de Elida), Angelo (mi supuesto enamorado), John (antiguo novio de Elida) y Alex (el único que no se mete en líos).
Cuando llegamos, Angelo me recibió con una enorme sonrisa y corrió a abrazarme, correspondí al abrazo y después de los códigos de educación típicos en una charla, me pidió que fuera de su equipo en un partido de basquetbol:
- Sabes que odio jugar, siempre que jugamos Will y tu me golpean para quitarme el balón y eso no me gusta- dije en un tono algo frío.
- Eres tan antipática y quejumbrosa a veces, deberías ser más como Elida, ella nunca se queja de nuestros modos rudos-. Sabía que se había molestado.
- Lo siento... Está bien, jugaré- dije algo resignada
- Olvídalo, no te necesito- dijo mientras se daba media vuelta.
Esta era la última que me hacía, llevaba dos meses tratándome de la misma manera, una y otra vez, sin pensar en mis sentimientos. Mi paciencia estaba al límite, no lo soportaba más y, sin pensarlo dos veces, tomé mi botella de agua y se la vacié encima de su "perfectamente peinado" cabello. No podía permitirle tantas humillaciones, no a él, se supone que me ama, quien te ama no te lastima.
Asustada por cómo fuera a reaccionar comencé a correr por el instituto hasta llegar a mi aula. Cuando por fin me sentí segura me senté en mi banco y comencé a llorar desconsoladamente. No es Angelo el primero que me hace esto, no es el primero que me trata así... ¿Acaso nunca nadie va a rescatarme de este sufrimiento?
Se que estando en secundaria es difícil que alguien comprenda o crea que sufro, pero es inevitablemente triste pensar que en mis pocos años de existencia no haya habido ni un chico que me haya valorado por quien soy, todos se creen los mejores y que pueden hacer lo que quieran por ser hombres. Sólo quiero que uno sea ese príncipe que vi en las películas, ese príncipe que tanto me hicieron soñar, pero cada vez que conozco a otro chico, me decepciono más de esta idea.
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EL RESCATE
RomanceDespués de tanto sufrimiento, el hacerte encontrado me ha hecho tan fuerte... Te has convertido en lo único que necesito... sin darte cuenta, fuiste el autor de mi rescate