Castigo

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(Bell, dimensión de ángeles)

Pasaron tal vez varias horas, con Felem a su lado, abrazándola, ella tratando de no demostrar todo el dolor que sentía en ese momento. Seguramente cortarse la pierna sería menos doloroso que aguantar el dolor de la herida.

-¿En qué piensas?- pregunta Bell en cuanto notó que su amigo se encontraba un tanto pensativo.

-Estoy preocupado- responde él.

-¿De qué? Ahora todo está bien, hemos vencido, no hay nada de qué preocuparse, ahora depende todo de Aprire

Felem se separa un poco para poder mirarla a la cara, en sus ojos se reflejan la preocupación que siente y la incertidumbre de todos los actos que se pueden producir a partir de ahora.

-Bell, respóndeme algo- pido Felem con sus orejas puntiagudas mirando hacia abajo –Y por favor, sé sincera conmigo

-¿Qué sucede?- se atreve a preguntar Bell.

No era necesario que Felem le pidiera sinceridad, ella le diría la verdad sin importar nada.

-¿Qué ha pasado con Canis?- pide saber Felem.

Bell lo mira un rato. Fue precisamente ella la que luchó con la can, cualquier herida que pudiera tener cualquiera delas dos, sería responsabilidad de la otra.

-Deberías formular otra pregunta- dice Bell, tratando de evitar la mirada de su compañero.

-Bell, por favor- pide nuevamente Felem.

Bell suspira con pesadez, es cierto que será honesta con él, pero eso no quiere decir que se enorgullezca de sus respuestas.

-No sé qué ha sido de ella- responde Bell –Pero estoy segura de que le he causado más daño de lo que ella me ha hecho a mí

Felem desvía la mirada a la herida de Bell, una herida terrible, profunda y seguramente dolorosa. Se siente mal por no haber protegido a su amada. En ese momento Felem deseó haber sido él quien luchara contra Canis, porque seguro que nunca le habría hecho tanto daño, y ella a él tampoco.

Felem se levanta, necesita pensar un rato.

-Realmente la quieres ¿no?- pregunta Bell, ladeando la cabeza y apretando los puños.

-Ella... es especial- responde Felem, bajando la mirada y fingiendo una sonrisa –Era juguetona y muy amigable, nunca se alejó de mí, ni siquiera por todos los rumores que se decían de mí y mi gente... sin duda alguna ella era diferente

-Pero... todo el mundo es diferente de algún modo- le interrumpió Bell –Cada quien tiene algo especial, nade es igual a nadie y es imposible que alguien deje de ser especial

-Tienes razón, pero Canis es mi alguien especial, no puedo ver a nadie con los mismos ojos con que la veo a ella

-Ya veo- suspira Bell –En ese caso lo siento, creo que la herí mucho

-No te preocupes, si no lo hacías ella te mataría, ¿y qué haría yo si te pasara algo a ti?

Felem regresa a Bell y la abraza, siente necesidad de estar a su lado. Bell no rechaza esa muestra de cariño.

***

(Janelle, dimensión de fantasmas)

Uno de los gobernantes de la dimensión de fantasmas se compadeció de las ciudades e invitó a todos los sobrevivientes a su mansión, que no era tan grande, pero lo suficiente para ocultarlos a todos.

El génesis de Aprire [Las crónicas de Abril #5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora