Esta historia la hice hace unos meses para una amiga muy especial que me sorprendió con sus comentarios, y a la que quiero muchísimo.
Fue hecha especialmente para ella para el regalo del amigo invisible; la historia surgió sola en mi mente al pensar en ella ^_^
Espero que os guste.
AVISO QUE CONTIENE ESCENAS ERÓTICAS
INTRODUCIÓN
Puede que un día te levantes, tu vecina te recomiende leer algo y tú, por falta de aburrimiento, vas y te lo lees.
Pobre de ti, no sabes lo que tu querida vecina acaba de dejar caer en ti.
¿Te atreves a descubrirlo?
SUEÑOS DE FANTASÍA
El teléfono sonó cansinamente, seguro que era de nueva el de publicidad, llevaban toda la santa mañana y estaba hasta los mismísimos ovarios, si me volvían a preguntar…
— ¡AHHHH!— chillé alcanzando el teléfono para que dejase de sonar, ya me dolían los tímpanos.— ¿Sí? Mira, no soy de Vodafone, soy de vomitar, ¿lo pillas? Y no, no estoy interesado en la línea fija porque me muevo que no veas…
— ¡Caray, Elisa! ¡Que soy yo!— Rieron al otro lado, mi cara se puso roja al reconocer su voz.— Se supone que te llamaría… pero no esperaba esa bienvenida, recuérdame que no me haga locutor de compañías telefónicas… ufff… eso debe doler y dar una impresión…
— Vale, vale… para ya.— repliqué aún avergonzada.— Lo siento, creí que era…
— Ya, me imagino quién.— sonrió nuevamente.— Estaré ahí en un periquete. Vete apresurando y espera a que te conteste si soy o no.
— De acueeeerdo. Lo siento.— repetí.— Estaré lista para cuando estés en mi puerta.
— Ok. No quiero llegar después de los tráiler, me gusta verlos.
— Sí, señor; entendido, señor.— reí con él.— Hasta ahora.
Colgué.
Me dirigí rápida al armario, no había pensado en qué ponerme, ni siquiera me había acordado de la cita cinéfila. ¡Diantres!
Saqué unos pantalones negros, podía combinarlo con una camisa estampada… o mejor me ponía el vestido del escote de pico, así se olvidaría de la película y me miraría a mí… Mi imaginación voló nuevamente memorando aquella novela que había estado leyendo, si eso me pasase a mí… fantasías… sí, eran fantasías y punto.
Abrí el grifo de la ducha; me quité la ropa, deshice mi coleta y entré cerrando la mampara. El agua caliente me relajó los músculos, suspiré mientras mi cabeza me traicionaba nuevamente en imágenes del libro erótico que había tenido entre manos antes de la llamada.
— Deja de pensar en eso.— Me regañé a mí misma.— O no se notará que me he duchado.
Cogí la esponja echando el gel para enjabonarme, luego lo hice con mi pelo. Acabé pronto, salí tomando la toalla que tenía al alcance y la líe alrededor de mi cuerpo. El timbre de la puerta sonó, maldición. Miré el reloj, qué rápido era este muchacho, caray.
— ¡Voy, un segundo, ya voy!
Anduve de puntillas corriendo hasta la puerta, aún con el pelo goteando y la toalla cubriéndome como prenda. Abrí y me marché corriendo hacia mi habitación antes de que me viese, que vergüenza.