23. Ella por su lado y él por el suyo

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Diez años atrás...

20 de agosto del 2006.

Ross

— No entiendo por qué no te acuestas con ella de una vez, te la pasas mirándola de lejos. — dice Cameron mientras almorzábamos.

Rio y saco la mirada de Laura para ver a mi amigo.— Chicas como ella no son para una noche, son chicas para amar. Yo lamentablemente no puedo ofrecerle eso, no podría serle fiel ni aunque quisiera. Tengo 15 años, soy atractivo y las chicas quieren acostarse conmigo, ¿por qué perder mi tiempo en Laura?

Traducción: Yo soy una persona de mierda y ella es un angel, la voy a lastimar y es lo que menos quiero.

— No me molestaría hacer un trío con ella y su amiga. — Cameron se muerde el labio mirándolas y yo lo fulmino con la mirada.

— No te acerques a Laura. Sabes muy bien que todos lo tienen prohibido, ninguno de ustedes merece tenerla en sus camas. Ninguno.

Y lo decía en serio. Todos los chicos estaban advertidos y amenazados: Tocas a Laura y olvídate de tu cara bonita por un largo tiempo. A mi manera yo la protegía sin que ella lo supiera, a esta edad todos eramos unos calentones en busca de sexo y ella era una virgen inocente, la carnada perfecta. Laura se merecía mucho más que ser una chica de una noche y ser maltratada, ella se merecía a un chico que la ame y sea cuidadoso con ella.

Dirijo otra vez mi mirada hacía Laura quién se encontraba con la cabeza gacha mientras Marie y sus otras amigas se reían, seguramente de ella. Estúpidas envidiosas. Por supuesto que yo me había acostado con las amigas de Laura y estaba seguro de que ellas le echaban en cara que yo me había acostado con todas las de su grupo menos con ella, pero lo que no sabían (o ignoraban por el orgullo de ellas) era que no me había acostado con Laura no porque era poco atractiva, sino porque yo quería algo mejor para ella y me parecía una chica respetable. No una puta fácil como sus amigas.

Laura era más hermosa que todas las chicas con las que estuve, era consciente de ello. Tenía una belleza natural que desprendía inocencia y dulzura, no como las otras chicas que eran puro maquillaje y ropas ajustadas. Pero era virgen e inexperta, podría estar con otras en vez de perder mi tiempo con ella. No se lo merecía y yo no iba a disfrutarlo.

— No la quieres tú pero nadie puede tenerla, eso es muy injusto Lynch.

— Puedes meterte con las que quieras y cuantas quieras a la vez, pero Laura está ABSOLUTAMENTE prohibida. No va a estar con idiotas como nosotros, no si puedo evitarlo.

Y dicho esto me voy de la mesa. Odiaba que miraran a Laura como un reto ¡Ella era mucho más que eso, joder! Le doy una última mirada a Laura, que se veía triste y ruedo los ojos antes de irme. Laura un día iba a enloquecer a cualquier hombre que se proponga e iba patearle los culos a todas las chicas que la criticaran, estaba segurísimo de ello. Esperaba que Marie y sus amigas estén entre esos culos que ella patearía. Realmente lo esperaba.

29 de diciembre del 2006. Casa de Ross.

— Estoy muuuy ebrio. — digo arrastrando las palabras después de mi quinto chupito ¿o eran diez? Ya ni recuerdo.

— Probemos. Ross, ¿puedo acostarme con Laura? — pregunta Cameron.

— No.

— No estás ebrio.

Sonrío. — No lo harás porque lo haré yo.

— ¿Qué pasó con ser muy hijo de puta para acostarte con ella? — pregunta Cameron riendo.

Heartbreaker | Raura TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora