Era de mañana, los rayos de sol entraban por la ventana dándome directo en los ojos aunque realmente eso no era lo que me despertó, lo que me despertó fue...
—Buenos Días Connor— El chico a mi lado me miraba con sus lindos ojos verdes
—Charlie, cinco minutos más— dije tratando de cubrirme con la almohada
Me abrazo y se pegó a mi
—También podríamos quedarnos a "jugar"— Sonreí, vaya que jamás le era suficiente
-Levántate- me lo quite de encima y me levante de la cama -Yo haré el desayuno así que alístate-
-¿Entonces no " jugaremos"?- me dio una de esas picaras sonrisas que siempre me daba, y no pude evitar una tonta sonrisa, de esa clase que solo él puede provocar en mi
Después de un rato estábamos sentados en la mesa, al terminar de comer, deje el plato en el lavavajillas
-Y bien ¿iremos por Totty?- Charlie estaba a mi lado recargado en la encimera mirándome
-Sí, mis padres ya deben estar en casa, solo déjame bañarme- Dije mientras miraba el reloj de la cocina.
Aquel reloj era realmente horrible, era algo antiguo pero a Charlie siempre le había gustado, cada vez que daba una hora en punto un pajarillo salía de la pequeña puerta de arriba haciendo un ruido que me volvía loco
-¿Qué tal si nos bañamos juntos?- El chico de ojos verdes abrazo mi cintura por detras mientras respiraba ligeramente en mi cuello, aquella sensación de su cuerpo tan cerca del mio era algo que me gustaba mucho
-Número uno, tú ya te bañaste y número dos, la última vez que lo intentamos terminamos con moretones- Todo ese día me la pase adolorido, aunque bueno dos personas en un espacio como ese, era de esperarse, aunque debo admitirlo fue un día divertido
-Bien, bien yo espero- Se separo de mi y me sonrió con esa calidez como siempre lo había hecho, aunque al inicio no fue precisamente así, pero supongo que supe ganarme su corazón, o él se gano el mío
Tras ducharme y cambiarme, fui a la sala y ahí estaba él en el sofá recostado, al oírme llegar se levantó de golpe, él tenía esa mala costumbre de quedarse dormido en el sofá, pero era algo que siempre había tenido, solía decirme que las siestas eran muy buenas si se tenía el sofá correcto
-Bien vamos, se hará tarde- tome mis llaves sali del departamento y nos dirigimos al ascensor hasta el estacionamiento.
Charlie y yo desde hace tiempo compartimos un pequeño apartamento en el centro de la ciudad, no es muy grande, pero sí bastante acogedor, solo era de dos habitaciones y un baño, mi madre decía que era nuestro pequeño nidito de amor
Subí al auto y empecé a conducir, Charlie solía decir que conduzco como un lunático, pero no es mi culpa que los autos se interpongan en mi camino mientras intento avanzar
Tras unos cuantos gritos y sonidos de cláxones después, llegamos a casa de mis padres
-Espera aquí, volveré pronto- dije mientras me quitaba el cinturón de seguridad y abría la puerta del coche
-Bien, dormiré un poco entonces- reclino el asiento y puso su brazo sobre su rostro, para bloquear los rayos de sol que daban a sus ojos
Sonreí y salí del auto dirigiéndome a aquella casa verde limón, mi madre siempre quiso la casa de ese color, nos hizo a Charlie, a mi padre y a mí pintarla, tardamos casi dos días en hacerlo, pero quedo bastante bien.
Toque el timbre y poco después mi madre abrió la puerta, mi madre era más baja que yo, gracias a la buena genética se veía bastante joven para su edad, aunque siempre ha sido una mujer saludable y llena de vida, y siempre me ha apoyado incluso en momentos difíciles incluso en...
