1. duerme conmigo

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   Jimin se levanta del suelo y seca sus lágrimas. Se mira al espejo y se ve horrible, como siempre. Lava su cara con un poco de agua y suspira hasta que su respiración se calma.

   Últimamente en eso se basaban sus noches: llorar. Se encerraba en el baño, decidido a odiarse a sí mismo y llorar un rato, rogando así que apareciera la mismísima muerte y se lo llevara con ella. Pero por desgracia para él, ni llorar hasta quedarse sin lágrimas le servía. La vida de Jimin no era fácil, además de ser un idol, tenía que lidiar con la presión de tener un cuerpo perfectamente cuidado, cosa que le exigía su jefe, el cuál más de una vez se había metido con su físico, a pesar de que el cuerpo de Jimin era normal y corriente. Además de eso, Jimin no podía negar haber sufrido maltrato por parte de sus superiores, tanto psicológico como físico. Y eso poco a poco lo estaba matando.

   Se mira de nuevo al espejo después de unos minutos y nota que sus ojos ya no están tan rojos y no hay rastro de lágrimas en sus mejillas, así que se decide a ir a la habitación de Yoongi, donde últimamente había encontrado un poco de paz después de cada llanto.

Yoongi está tumbado en su cama escuchando algo de música para intentar relajarse, ya que unos minutos atrás, los fuertes ruidos de sollozos al otro lado de la pared lo habían puesto de los nervios. No era la primera vez que escuchaba esos ruidos, durante las últimas semanas los oía constantemente, casi cada noche. Él lo sabía. Yoongi sabía que era Jimin quien lloraba a escondidas. Pero Yoongi nunca había sido bueno dando consejos, así que intentaba hacer lo posible por alegrar al pequeño Jiminie consintiéndolo, o simplemente pasando más tiempo con él, aunque a veces sentía que eso no era suficiente. Se sentía inútil por no poder hacer más por él. Se odiaba por oírle llorar y no tener el valor suficiente para cruzar la puerta y abrazarle, estar con él, sacarlo de aquel infierno.

Jin, compañero de habitación de Yoongi, se había marchado con Jungkook y Namjoon a dar una vuelta por la ciudad, y Taehyung, con quien compartía habitación Jimin, se había ido con Hoseok a algún lugar que el castaño no había querido especificar. Así que Jimin y Yoongi eran los únicos que quedaban en la casa. Jimin toca la puerta de la habitación de Yoongi con sumo cuidado, pues si estaba durmiendo él no quería ser quien lo despertara, ya que el pelinegro siempre tenía un humor de perros al despertar. Al no oír respuesta del mayor, Jimin decide entrar y se encuentra a Yoongi tumbado en su cama, con los ojos cerrados y sus auriculares puestos.

Hyung. — Susurra varias veces Jimin, y como sabe que no va a obtener respuesta, mueve suavemente a Yoongi, el cual no se esperaba eso y abre los ojos de inmediato.

— Mierda, Jimin. — Habla con la respiración entrecortada y tocándose el pecho — Me has asustado.

— Lo siento, hyung. — Dice Jimin cabizbajo, reprimiéndose la risa que iba a salir de su boca por el repentino despertar de Yoongi.

Yoongi suspira.

— ¿Qué quieres?

— Y-Yo... — Titubea Jimin, y señala la cama —¿P-Puedo?

— Sabes que sí, idiota. — Dice el mayor sonriéndole tiernamente.

Jimin se tumba a su lado mientras observa como su amigo se recuesta y teclea algo en su móvil. Segundos después, éste apaga la luz de la mesita a la derecha de la cama y se tapa con las blancas sábanas. Jimin observaba detenidamente cada movimiento que Yoongi hacía, y sonreía al ver que todas las noches eran los mismos. Él llegaba, le pedía tímidamente dormir con él, Yoongi aceptaba, se tumbaba a su lado y, en ocasiones, escasas veces, el mayor lo abrazaba. Y no hacía falta intercambiar palabras. Él esperaba ansiosamente ese momento, teniendo la incertidumbre de no saber si ésa noche lo abrazaría. A Jimin le gustaba sentir que tenía a alguien a su lado.

Inundado en sus pensamientos, el pequeño nota el cuerpo de Yoongi acercársele y suspirar. Unas manos abrazan suavemente su cintura y Jimin sonríe, feliz.

Ay Jiminie...¿cuándo aprenderás a dormir solo? — susurra Yoongi y empieza a acariciar el rubio cabello de Jimin. Eso era algo nuevo para él, pues estaba algo acostumbrado a los -pocos- abrazos que Yoongi le daba, pero jamás le había acariciado el pelo así, y de alguna forma eso le relaja y lo pone nervioso al mismo tiempo. Es una sensación nueva. Jimin desconocía esa sensación.

¿Qué era lo que estaba sintiendo?

A Yoongi por su parte, le relaja tener a Jimin así de calmado, sin escuchar ni un sollozo más salir de su boca. Lo único que él quiere es regalarle el bienestar que merece, y es que Jimin era el miembro de Bangtan con el que mejor se llevaba, era como su mejor amigo, como su hermano, él era esa persona a la que sentía que necesitaba cuidar. Y eso haría.

Mientras el pelinegro acaricia el cabello del rubio, recuerda la primera vez que durmieron juntos. Fue hace un par de meses, quizás tres. Él, Jimin y Hoseok estaban viendo una película de terror en el cuarto de Yoongi. Hoseok salió de allí a los diez minutos de empezar la película, gritando y diciendo que jamás volvería a ver tal horrible cosa. Así que se quedaron solamente ellos dos. Yoongi reía al ver al pequeño asustarse cada cinco segundos, pero de alguna forma le daba ternura verlo así. Llegada la mitad de la película, Jimin, debido al estrés provocado por los sustos, se quedó completamente dormido en los brazos del mayor, y éste lo único que hizo fue quitar la película y dormir con él. Total, tampoco era que le importara mucho la trama, y ver a Jimin durmiendo así de bien le dio envidia.

Y desde ese día, algo había cambiado en él.

𝗗𝗲́𝗷𝗮𝗺𝗲 𝗔𝗿𝗿𝗲𝗴𝗹𝗮𝗿𝘁𝗲 → 𝑌𝑜𝑜𝑛𝑀𝑖𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora