8 de octubre de 2013:
Estoy otra vez tirada sobre mi escritorio, destrozada por dentro, feliz por fuera. Los pensamientos intentan apoderarse de mi cerebro, pero no les dejo.
Vuelta a empezar, lágrimas caen sobre el libro que se suponía que estaba estudiando, mis manos tiemblan, luchan para no cogerlo. Sé donde está. Mi corazón acelera, otra vez está esa voz en mi interior, diciéndome todo lo negativo que tiene esta vida, diciendo que nada va a ir bien. Tapo mis oídos, pero cada vez le escucho más fuerte, grito que se vaya, que me deje, no le quiero. Aléjate. Aprieto mis dientes, nada sirve, una vez sale tengo que acabarlo como siempre, no hay otra opción, sino, esa voz no se irá.
Mis manos dejan de temblar y mis piernas me levantan, cojo la llave, cojo la caja; la abro. Y allí están, sin limpiar, con los restos de la última vez. Me caigo al suelo con uno de ellos en la mano, apretándolo, haciéndome daño. Le grito a mis ojos que no dejen que caigan más lágrimas, pero no me escuchan, están inundados, ya no hay vuelta atrás. Vuelven a temblarme las manos, pero esta vez es porque quieren hacerlo. Agarro el trozo de cristal, lo inclino, lo apoyo, aprieto y... creo nuevas cicatrices.
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Hojas arrugadas.
Документальная прозаMe atrevo a publicar la parte que siempre he escondido de mí. Mi depresión y mi salida de ella. Cambios en mi personalidad que se reflejan en estos textos secretos que escribo desde 2013 hasta hoy. Relatos de mi vida, recuerdos escritos en papel. F...