También te recuerdo

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- ¡Aaahhhhhhh!

- ¿Sabes Marco? – dice Star – deberíamos hacer esto más seguido.

- ¡Claro! – dice Marco mientras golpea las pirañas que saltan al bote donde ambos están – ¡¿Pero no sería mejor sin las pirañas?!

- ¿Pirañas? ... ¡ohh! ¡Marco lo siento! – se percata Star de que el bote está siendo inundado de pirañas y lanza un hechizo para deshacerse de ellas – lo siento tanto Marco.

- No hay problema Star, solo no te distraigas tanto mientras tienes la barita ... y más aún si la tienes en el agua ... Star – la llama, pero ella no responde – Star ...

- ¿hmm? Lo siento Marco, ¿decías algo?

- Si ... ¡que saques la barita del agua! – volvieron a salir las pirañas, todas a la cara de Marco -.

- ¡Uwaaaa! ¡lo siento, lo siento! ... - vio a Marco todo mojado – ups ...

- Está bien, recuerda, el mar como la vida es impredecible ... solo no te vuelvas a distraer, tal vez deberías descansar

- La vida como el mar es impredecible ... oye Marco, ¿sabes? Yo recuerdo algo como eso ... – susurra Star mientras pierde su mirada en el agua ...

- ¿Star? ¿Star? Star ... ¡Star! – la llama Marco, pero ya está perdida en una memoria lejana.

- Yo recuerdo algo como esto... claro, aquella vez ...

Yo tenía once años y la fiesta de amistad entre todos los reinos se celebraría esta vez en Mewni. Pero en lo único en lo que podía pensar era que vería a Tom de nuevo, yo estaba emocionada y nerviosa a la vez y no entendía el porqué de los nervios, pero de algo estaba segura, ese día nos divertiríamos como la primera vez.

Y finalmente el momento llegó, él vestía un elegante traje como el de aquella vez, pero ahora era blanco ¡oh dios! Lucia tan genial, en cuanto me vio, se dirigió a mí y me saludó besando mi mano. Entonces supe que nada igual que aquel primer día.

- Star Butterfly – se inclinó mientras besaba mi mano – cuanto tiempo -.

- Hola Tom – lo saludé y luego: silencio incomodo, entonces noté que él también estaba nervioso, fue cuando supe que él deseaba verme tanto como yo a él y di por hecho que también atesoraba nuestro primer encuentro tanto como yo.

- ¡Oh Tom! – le dije mientras tiraba de su manga – tengo tanto que contarte y tan poco tiempo – así era, ese día terminaría antes de que nos diéramos cuenta y no dejaría que se desperdiciara solo en balbuceos, mi amigo estaba ahí para divertirse y yo me ocuparía de eso ... a mi modo.

Tras la MáscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora