Primero pasamos un buen rato conversando, me contó cuanto practicó con el guerricornio que le envié, dijo que fue su regalo preferido, aunque haya llegado después de la fiesta. También le presenté a mi mejor amiga Ponyhead, fue tan divertido ... aunque creo que no se llegaron a llevar tan bien; luego de mostrarle el palacio fuimos a pasear en bote ... bueno, en verdad nos estábamos escondiendo luego de servirle pastel de fruta a la princesa sandia, lloró tanto mientras se acusaba a si misma de canibalismo, fue tan gracioso que antes de que nuestras risas nos delataran tuvimos que salir corriendo a escondernos, entonces vimos los botes y se nos ocurrió dar un paseo, al menos hasta que pasase el problema.
- Oye Star, este es un hermoso reino – me dijo mientras miraba al horizonte.
- Si. Espero poder mantenerlo así, ya sabes, cuando me convierta en reina.
- Ah ... te noto con dudas ¿pasa algo?
- Ah ... - agaché la cabeza – pues si tengo miedo, no sé si lo podre lograr, hasta ahora nada de lo que he hecho ha sido aprobado por mi madre y ... y ... - levante la cabeza con los ojos húmedos - ¿y si no lo logro? ¡por favor no le digas a nadie! todos se decepcionarían y -.
- Mhajajaja – me interrumpió con su risa – que alegría -.
- ¿Alegría? – me indigné – claro, ¿por qué creí que mis problemas ... -
- No me malentiendas – respiró hondo – desde que tomé conciencia de que heredaría la corona de mi padre también he estado preguntándome si la merecía, se de verdad estaría calificado ... si algún día seria digno de ella. Ver a todos estos herederos en cada reunión y ver que cada vez se ven más preparados hace que me pregunte si en verdad podré hacerlo – de pronto me miró a los ojos – pero si hasta tú te haces esa misma pregunta ... creo que el resto también debe estar preocupado y que mis miedos no están fuera de lugar.
- ¿Hasta yo? ¿a qué te refieres con eso?
- Pues ¿a qué más? Star – se acercó a mí y tomó mis manos – tú eres fuerte, valiente, osada y que hasta tú tengas miedo es algo natural, pero créeme cuando te digo que sea lo que sea que se te ponga en frente lo vas a afrontar y lo derrotarás.
- Pero – agaché la mirada – tengo miedo.
- Si ese es el caso – se acercó más con mis manos entre las suyas - entonces déjame estar a tu lado, ser tu apoyo y tu amigo incondicional – entonces no pude hacer más que sonreír
Me lancé a él y lo abracé – claro que si ... gracias, gracias - Sus respuestas fueron sus brazos rodeando mi cintura y una frase – estoy aquí para ti.
Cuando nos estábamos separando accidentalmente nuestras miradas se cruzaron y nos congelamos, muy juntos el uno al otro con nuestras narices casi pegadas, ahí, en el bote, en medio del agua, rodeados de intensas emociones, emociones que no te dejan hablar, emociones que te quitan la respiración, te congelan y te absorben por completo. Dulces emociones. Y después de que su cara se tornara totalmente roja cerró los ojos.
- ¡Star!
- ¿Si?
- ¡Somos amigos! ¡¿no es así?! – ahora me pregunto si habría sabido en ese momento de la cantidad que mató, la cantidad de mariposas que revoloteaban dentro de mí.
- ¡Si! – respondí con algo de dolor.
- ¡Por nuestra amistad! tú ... tú ... ¡¿estarías dispuesta a perdonar lo que voy a hacer?!
- ¿Qué?
Aun ahora, cuando recuerdo ese momento puedo sentir lo mismo, no como si hubiera sido ayer, sino como ahora, claramente sus brazos en mi cintura sus labios besando los míos, mis manos sobre sus hombros, el sol sobre nosotros, el agua meciendo el bote, mis miles de mariposas desbordándome y mi corazón cambiando de dueño, porque desde entonces ya no me pertenecía, no le pertenecía a nadie más que a él.
Al despertar de aquella hipnosis me miró nervioso, se dio cuenta de que aún tenía sus manos en mi cintura y algo asustado me soltó; y desviando la mirada me dijo – lo siento, pero esto es lo que siento -.
Yo aún con el corazón acelerado y mis ojos perdidos en su sonrojo – no te disculpes – supongo que me dejé llevar ... cuando lo volví a besar.
No importa cuanto lo intentamos, en ese momento no pudimos mirarnos a la cara, así que nos recostamos uno en la espalda del otro y disfrutamos de nuestra compañía.
- Yo ... no creo haber podido imaginar que esto pasaría – le dije.
- Yo tampoco, pero ¿sabes? – me respondió – la vida como el mar es impredecible.
...
- Star ... Star ... ¡Star! – poco a poco la voz de Marco se abrió paso entre los pensamientos de Star.
- ¿Ehh ...?
- Star, despierta, ya llegamos.
- ¿Qué? ¿cuándo?
- Pues mientras dormías, no quise despertarte, aunque ... Star ¿Qué estabas soñando?
- ¿Soñando? ¿Por qué lo preguntas Marco?
- Pues porque mientras dormías tu varita comenzó a brillar, por un momento pensé que volverías a lanzar pirañas; pero me sorprendí cuando en vez de eso salieron muchas mariposas volando; debo admitirlo, fue hermoso.
Star miró atrás y en el bote que dejaban atrás pudo ver el recuerdo de ella y Tom a su lado, un recuerdo que viviría con ella para siempre.