VERANITOO

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El verano empezó como otro cualquiera. Yo me iba a visitar, con mis padres y mi hermano, a la familia de mi madre, pero hubo un pequeño improvisto; mi madre se cayó rodando por las escaleras y se rompió la pierna.
El médico le dijo que tenía que estar todo el verano en reposo, de forma que no podría irse de vacaciones con la familia.
Mi padre decidió quedarse con ella, de modo que mi hermano y yo tuvimos que irnos a pasar el verano a la casa de la montaña de mis abuelos.
Yo les dije que no quería ir, que prefería quedarme en casa y quedar con mis amigas, pero no me hicieron caso.
Al día siguiente, mi padre nos llevó a casa de mis abuelos : Rosa y Joaquín.
Estaba muy nerviosa, nunca los había visto en persona, porque papá discutía con ellos cada verano que teníamos que ir a verlos.
Llegamos a una casa al pie de las montañas, enorme y muy bonita, rodeada de flores y yerba. De la casa salió mi abuelo Joaquín con una gran sonrisa, para darnos la bienvenida y coger nuestras maletas.
El abuelo, una vez se fue mi padre, nos dijo:
-Pasad, no seáis tímidos, la abuela está en la cocina terminando de hacer un pastel con el nieto y la nieta de la vecina.
Cuando entramos a la cocina ví a un chico alto, de unos 16 años, de pelo castaño y ojos verdes. Junto a él había una niña pequeña, de unos 3 añitos, con el pelo rubio y ondulado.
De repente, apareció mi abuela Rosa que nos dio un gran abrazo a mi hermano pequeño y a mí. Mi hermano se soltó y sin pensarlo dos veces se fue a jugar al escondite fuera de la casa con la niña pequeña, y yo me quedé en la cocina ayudando a mi abuela.
Cuando me giré me di cuenta de que el chico alto me estaba mirando fijamente. Era guapísimo. Al percatarse de que me di cuenta, me sonrió. Seguidamente se presentó diciendo:
-Me llamo Andrés, y esa niña que has visto es mi hermanita, Clara - y me guiñó un ojo.
Le contesté:
-Encantada, yo soy Paula, y el niño que venía conmigo es mi hermano pequeño, Pepe.
Pasé toda la tarde hablando con Andrés, que además de ser el nieto del vecino, resultó ser el hijo del mejor amigo de mi padre. Me invitó a cenar al día siguiente con él y unos amigos, y yo, cómo no, acepté encantada.
Por la noche, cenamos mis abuelos, mi hermano y yo una sopa que estaba deliciosa.
A las once me fui a dormir a mi habitación.
A la mañana siguiente, me levanté muy contenta porque, por la noche, me iría con Andrés y sus amigos a dar una vuelta por el pueblo.
No me apetecía desayunar, así que fui a dar una vuelta por la montaña y volví a la hora de comer.
Por la noche, antes de cenar, Andrés me recogió y nos fuimos a cenar al Mc Donal's . Allí nos esperaban un chico y una chica.
La chica, nada mas ver a Andrés, saltó encima de él tirándolo al suelo. Él se apartó rápidamente. Ella me miró y dijo, con arrogancia, mientras el otro chico se acercaba:
-¿Y tú eres...?
Andrés le contestó.
-Ella es una amiga mía, se llama Paula.
-Hola- dije, sonriendo tímidamente.
-Hola, yo soy Marcos y ella es Lucía- dijo el chico.
-¿Entramos o qué? - dijo Lucía.
Cuando entramos, pedimos y nos sentamos donde estaba el grupo de amigos de Andrés llamados : Luis, Jorge, Nestor y una chica llamada Violeta.
Durante la cena, me hice amiga de Violeta; ya que compartíamos los mismos gustos.
Me contó que Lucía había salido con todos los chicos del grupo, excepto con Andrés, y que iba detrás de él desde los 13 años y él no le hacía ni caso.
Al terminar de cenar, nos fuimos a una discoteca para menores, donde nos lo pasamos en grande bailando al ritmo de la música.
A las dos de la madrugada, volví a casa con Andrés que insistió en acompañarme.
Cuando llegamos a la puerta de casa, se acercó a mi lentamente y .......

¡ ME DESPERTÉ, TODO HABÍA SIDO UN SUEÑO !

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