Esta mañana no me he podido levantar de la cama. Las sabanas no me dejaban. Me reclamaban. Y al final, rendida, he dejado de luchar por salir. Las sabanas esta noche han sido testigos de mi tristeza. Pesaban un poco esta mañana, a causa de todas las lágrimas que habían caído sobre ellas. También pesaban por todo el sufrimiento que han absorbido esta noche. Las sabanas se han quedado inmóviles, dejándome descargar toda mi tristeza y mi desesperación. Ellas no me han juzgado. Solo me han dado el calor que necesitaba esta noche. Me han dado un refugio. Ese refugio y ese calor que antes me proporcionabas tu, ya no está. Ya no es mío. Así que las sabanas han intentado substituirlos.
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PD: todavía te quiero.
Short StoryRupturas que son más que simples rupturas. Rupturas amorosas que no te matan por dentro. Si no que, aún peor, te van dejando vacío poco a poco.