Dos cuerpos, una vida.

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CAP 5 : 

(Este capítulo esta narrado por Luna)

Es increíble que sea capaz de dormir en este basurero. Pensé que podría sobrellevarlo por siete días, pero no puedo. No es posible que aguante cinco días más. Hay basura por todos sitios. Latas de refrescos, bolsas de patatas y no hablar de su escritorio. Su escritorio se podría decir que es el vertedero de la urbanización. También había cuadros a medio pintar pero ninguno destacaba. Seguramente los dejó de pintar ya que pensó que no eran buenos. Me agaché para ver debajo de su cama y allí vi que había otro cuadro más. Lo saqué de allí y lo miré detenidamente. Era un paisaje de una pradera. Me gustó mucho el cuadro pero lo volví a dejar debajo de la cama. Aunque parece inacabado.

Logan se despertó y estuvimos ambos en su habitación hasta que me dijo de ir a un sitio. No le dije nada ya que de todas formas tenía que ir con él.

— Oye, ¿ A dónde vamos? — pregunté — Sólo dijiste que nos íbamos y hemos caminado durante dos horas.

No quiero que esté más deprimido de lo que ya está ahora. No quiero encontrarme con su ex, si es a eso a lo que vamos. Ha estado actuando raro desde que recibió una llamada por la mañana. Está asustado y triste... Casi al borde del pánico. Es un sentimiento tan complejo que no sé lo que está pensando. Lo único que sé es que no vamos a ningún lugar divertido.

Pasó una hora hasta que Logan se paró delante de una casa. Se dirigió a la entrada de la casa.

— ¿Por qué estás entrando sin más? — pregunté — Esta es la casa de alguien.

— Es mi casa. Bueno la de mi padre — contestó.

— ¿Tu familia es rica? — pregunté.

— Deja de hablar así... — contestó mientras abría la puerta.

Una persona estaba esperando dentro de la casa y miró a Logan con desprecio.

— Así que ya has vuelto...— dijo esa persona.

Logan no contestó. Creo que es su padre. Se parecen mucho. Da un poco de miedo.

— ¿Quién es ella? — preguntó su padre.

— Una amiga de la universidad. No tenía nada que hacer así que se vino conmigo — contestó.

— No me importa con quién salgas... — dijo — pero no puedes casarte.

— Te dije que es una amiga — dijo Logan — además, no tienes derecho a meterte así en mi vida.

No entiendo lo que está pasando.

— Estabas muy subido y arrogante cuando te marchaste de casa — dijo su padre — y lo mejor de todo es que no entraste a la mejor universidad de Bellas Artes de Madrid y te has ido a otra a perder el tiempo.

Logan no contestó y yo no me quería meter por si lo arruinaba aún más.

— En todo caso, una vez te hayas graduado, trabajarás para mi empresa, no tienes alternativa — dijo — Y una cosa más, ya que has venido, ve a ver a tu abuela. Ella quiere verte.

Entré con Logan dentro y fuimos a la zona donde está el jardín.

— Bienvenido a casa, Señor Logan — dijo una señora abrazando a Logan — siento haberte llamado tan temprano.

— No te preocupes por eso — contestó — ¿Mi abuela ya está mejor?

— Sí — contestó — Ella se cayó al ir a la tienda y un buen hombre que pasaba por allí llamó a una ambulancia. Por suerte sólo se hizo un esguince, pero me asusté y por eso te llamé.

— Gracias — dijo Logan.

— Por cierto...— continuó la señora — ¿Quién es esta joven?

— Oh... Sólo una amiga de la universidad. Estaba preocupado, así que la traje conmigo para ayudar.

— Encantada de conocerla, me llamo Luna — dije.

— Ella es Amanda — dijo Logan — Es la encargada de la casa.

— Voy a hacer algo de té, esperen aquí — dijo Amanda mientras iba a la cocina.

— Ya que estás aquí, deberías hablar con tu abuela — dije.

La sensación que Logan sentía en ese momento, no sabría decir si era de ansiedad o miedo. Creí que su padre era que el que lo hacía sentirse así. Pero, ¿Por qué se siente igual delante de su abuela?

— Logan, ¿Odias a tu abuela? — pregunté.

— ¿Eh? Ni lo más mínimo — dijo — Hace tiempo, cuando tuve problemas con mi familia por querer ir a una escuela de arte. La única persona que me apoyó fue mi abuela. Ella siempre fue tan sobreprotectora conmigo. Mi madre murió al darme a luz, así que mi abuela se ocupó de mi en su lugar... Siempre me elogiaba cuando dibujaba... Incluso iba a presumir delante de los vecinos. Me hizo realmente feliz cuando dijo que yo amaba dibujar.

— Entonces... — dije — ¿Por qué estás tan asustado?

— Porque tengo miedo... — dijo — Tengo miedo de lo haya olvidado todo sobre mí. Empezó la primavera pasado. Empeoró después de que me fuera de casa... Según parece, no me recuerda. Esa es la razón por la que no he vuelto a casa desde que Amanda me lo contó.

Ya veo... Por eso no quiere afrontarlo. A pesar de todo, se dirigió hacia su abuela.

— Oh... — dijo su abuela — Sois los amigos de Logan, ¿no?

La enfermedad la afectó mucho.

— ¿Recuerda usted a Logan? — pregunté a su abuela.

— Claro que sí — dijo — Nunca me olvidaría a mi nieto. Pero, ¿dónde está? Creo que está aún dibujando aún en su habitación. Un momento... iré a avisarle.

— No hace falta — dijo Logan — Tienes un esguince no deberías moverte mucho.

— Me caí cuando iba a buscar un desayuno para él — dijo su abuela — Ha estado estudiando todo el día para poder convertirse en un artista. Es fantástico que se esté esforzando al máximo, aunque temo que vaya a arruinar su salud.

Logan se encontraba feliz. Estaba llorando de felicidad.

— Tú también abuela... — dijo Logan — no debes esforzarte mucho. Me preocuparé si te haces daño.

— Supongo que tienes razón... Ya estoy vieja y debo tener cuidado — dijo — Quiero vivir lo suficiente como para verlo convertirse en un artista.

— Qué pasaría si nunca lo consigue... — dijo Logan — ¿Qué pasa si él hubiera abandonado su sueño de ser artista hace mucho? La vida real no es tan fácil.

— Eso nunca pasaría — dijo sorprendida su abuela — porque a Logan le encanta dibujar.

Logan no puedo aguantar más las lágrimas.

Después de eso, decidimos volver a casa. Logan estaba triste y feliz a la vez.

— Vas a seguir dibujando, ¿no? — pregunté.

— Puede que lo considere si sigo vivo dentro de cinco días— dijo.

— Estás tan lleno de mentiras — dije en tono de burla — Te mueres por ponerte a dibujar lo antes posible. Tienes que seguir con tu sueño. Se te da muy bien.

— No necesito tu compasión — contestó enfadado.

— Oh... — dije — ¿Acaso no estamos conectados? Deberías saber que lo digo en serio.

Tenía la sensación de haber visitado este lugar antes o al menos haberlo visto. La pradera por la que habíamos pasado.

— Qué curioso... — dije — éste es el escenario de ese cuadro.

— ¡Has estado fisgando en mi habitación! — dijo sorprendido.

— ¡ Es tu culpa por dejarlo ahí! — me defendí.

Es maleducado, siempre está pensando en sí mismo y en cosas pervertidas... Y realmente quiere que yo muera. Pero por alguna razón quiero que su sueño se haga realidad.

7 DÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora