Todo comenzó una tarde nublada cuando desperté en un cuarto lleno de personas que no conocía.
Me sentía mareada, y escaseaba de energías como para levantarme. Pero a su vez, una fuerza extraña proveniente de mi interior, me pedía escapar de allí.
Un joven moreno se me acercó y me ayudó a levantarme. Lo interrogué muy deprisa, ya que a cada segundo que me encontraba encerrada en ese cuarto, crecía más y más ese deseo interno.
"Necesito salir" era la única explicación para tantas preguntas que le hacía.
El joven, que no llegaba a los 25 años, me confesó que todos se encontraban en ese lugar por él trabajo que realizaban en la mansión.
Sí, me encontraba encerrada en el cuarto de una mansión, en la cual trabajaba, junto a toda esa gente. Pero... ¿Por qué sentía que tenía que huir, alejarme, salir corriendo de allí?
Me animé a preguntarle al muchacho porqué tenía un mal presentimiento sobre aquél lugar, con la ilusión de él supiera más de mí, que yo misma.
- Eso es lo que todos queremos. Hacele caso a ese presentimiento y salí en la primera oportunidad que tengas. Es tu turno, sos la que más se lo merece.
Sus palabras retumbaron en mi mente desconcertándome aún más. ¿Me lo merecía? ¿Era mi turno? ¿Todos sentían lo que yo? ¿Quién era?
No me lo había planteado hasta ese momento.
¿Quién era?
- ¿Sabés cómo te llamás? - interrogó el muchacho como si lograra leer mi mente
- Sí... Va, eso creo... Mi nombre es... - Me quedé callada y quieta, como si tratara de recordar algo que se había borrado, desvanecido de mi mente.
Pero también surgieron preguntas como:
¿Quién era él? ¿Debía confiar en lo que me decía? ¿Era todo real?
Pero la pregunta que más me inquietaba ... ¿Quién era yo?
Tantas preguntas no ayudaban a mi mareo. No logré reponerme que ya me empujaban hacia la puerta porque era mi turno, mi momento, debía escapar.
- ¡Esperá! Decime quien soy - le pedí al joven, que se encontraba agarrando mi mano para estabilizarme.
- Vos sos... - no llegó a responder que me lanzaron hacia afuera del cuarto y cerraron la puerta. Sentí como su mano se resbaló por la mía como un jabón.
Me encontraba sola y no podía volver a entrar, ya que la puerta se había mimetizado con la pared y no tenía ningún orificio en el lugar del cerrojo.
Era completamente un muro sin rastro de abertura alguna.Fue tan de golpe que me asusté y me caí para atrás. Me levanté rápido y corrí buscando una salida. Mi corazón latía velozmente y muy fuerte, estaba nerviosa y asustada.
Tenía miedo.
Me hallaba arrinconada en una esquina de la casa, sentía como las paredes se agrandaban, me sentía pequeña. La fuerza que me impulsaba a seguir, crecía y me hacía presión en el pecho dificultando mi respiración. Tenía que salir, pero no sabía cómo.
Me encontraba tan aterrada que dejé caer mi peso sobre mis rodillas y me tapé los oídos , pero vi a una chica...
Una joven morocha, de ojos grandes y azulados, con el pelo castaño pasando un poco nos hombros. Que me hacía seña con las manos indicando que la siguiera. Pero yo estaba paralizada del miedo y no lograba reaccionar. Ella se percató de mi situación y se me acercó rápidamente. Me miró a los ojos y tomó mi mano.
- Confía en mí- dijo firme y convencida. Eso fue suficiente.
Corrimos un rato alejándonos lo suficiente de la mansión, no sin antes saltar la gran muralla que nos separaba de la calle.
Nos detuvimos para respirar, y fue entonces cuando divisamos un auto negro que venía por nosotras.
- Corre- me indicó la muchacha
- ¿Por qué nos siguen? - pregunté mientras comenzamos a correr nuevamente.
- Vienen por vos
Su explicación me impactó. Recién me despertaba, sin ningún recuerdo, había visto como una puerta desaparecía y unos hombres me querían atrapar.
No encontraba nada lógico en lo que estaba pasando.
Cuando de repente, una voz de una mujer se hizo presente en mi cabeza, indicando la dirección hacia donde debía seguir. Corrimos hacia donde la vocesita me indicó.
La calle estaba oscura y muy poca gente la transitaba. No teníamos posibilidad de salvarnos. O, al menos, eso yo pensaba.
El coche los alcanzó y bajaron cuatro hombres trajeados y de gran contextura.
- Quedáte atrás. Yo me encargo -. Me indicó la joven que me había salvado e hizo una seña alejándome de ella.
Se acercó a ellos y los cuatro comenzaron a golpearla. Velozmente evadió los golpes, pero no pudo con todos.
Los individuos hicieron un gesto como si despertaran de un transe y la chica calló rendida.
Se encontraba demaciado lastimada.
Yo, que hasta el momento me había quedado paralizada, corrí hasta ella y verifique su pulso. Seguía viva.
Sentí como uno de los hombres me había sujetado de la cintura y me cargaba al hombro. Me tiró en el asiento trasero con brusquedad y me incorporé rápidamente para mirar al lugar donde se encontraba la chica. Pero ya no estaba... Había desaparecido.
Estaba demasiado asustada y seguí luchando para poder salir, pero dos de ellos se sentaron a mis lados. Tuve que calmarme.
- ¿Quiénes son? -. Pregunté aterrada
- Acá las preguntas las hacemos nosotros-. Me contestó él acompañante del conductor.
- ¡No me interesa quién hace las preguntas, a mi me responden!- reclamé enojada-. ¡Cagaron a palo a la chica y ahora me vienen con él versito sacado de las películas de acción! ¡Dejate de joder!-. Exclamé
Recibí un culatazo en la cabeza y me desmayé.
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Holaa!! Ya está él primer capítulo. En un ratito ya subo la portada. Espero que les gustee
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Solo quería salvarte (EDITANDO)
Fantasy¿Qué pasaría si despertaras en una habitación sin recuerdos y te dijeran que morirás si no destruyes al causante de una peste que se propagará? ¿Y si te dijeran que tenés dones que te ayudarán a hacerlo? Pasé por eso y mucho más. Tuve que tomar como...