Tal vez en saturno.

11 de noviembre de 2016.

A mí me han matado.

Así que no te lo peguntes más, porque lo estás haciendo ¿verdad? Deja que la gente hablé, que sean libres de pensar todo lo que deseen de mí y de él. Tú, quien de verdad me importa, sabrá la verdad. Mi verdad. Puedes vivir con ello, ¿cierto? ¿O estoy siendo nuevamente una perra egoísta por ponerte esta carga sobre los hombros?

Una porquería de hermana mayor, lo sé. Piensa, sin embargo, en que te estoy dando un regalo. Te estoy librando de la carga de ser mi hermano, de mi nombre como antecedente. De lo bueno que dijeron que hice y de todo lo malo que en verdad proclamé. Es un regalo, pensé en ti con mucha atención al decidirlo. Al dejar que me hicieran esto, que me mataran de esta forma. Puedo no ser una buena hermana pero siempre he pensado en ti.

Y en él, claro.

Siempre pensé en él. En ambos.

Así que tú, enano, tal vez algún día nos encontremos de nuevo. En el infierno o mejor aún, en saturno. Y entonces, todo podrá ser diferente esa vez.