Muere

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La habitación estaba oscura. Era de noche. Después de lo que pasó durante el día ninguno de los dos tenía ganas de hacer algo. Cuando el tiempo acabe uno de los dos morirá. No podemos matarnos el uno al otro. Ni siquiera podemos mentirnos el uno al otro. Nuestra única opción es intentar dialogar para así llegar a un acuerdo para decir quien será el que muera. Sólo cuatro días más... Para llegar a la decisión final.

— ¿No puedes dormir? — preguntó Luna.

— Sí... supongo— contesté.

— Se siente como si estuvieras confundido y un poco frustrado — dijo — ¿En qué piensas?

— Nada en realidad— contesté— Sólo estaba pensando que sólo nos quedan cuatro días más, o por lo menos según lo que nos dijeron.

— Lo olvidé completamente. No pienso mucho en el tema desde que ya no me dices que me muera cada que tienes la oportunidad — dijo.

— Incluso si lo hiciera — dije — no es como si en realidad lo fueras a hacer, ¿o sí?

Ella asintió con la cabeza

— Por cierto. Acaso...— añadí — ¿Acaso ya no me deseas la muerte? Tampoco lo has mencionado últimamente.

— No, no en realidad — contestó — Simplemente no me gusta decirle a los demás qué hacer con sus vida, incluso si la mía está en riesgo.

Ella había cambiado su forma de pensar en nada. Nunca pensé que alguien pudiese cambiar su mentalidad tan rápido. Pero me alegra escuchar eso.

— ¿Qué pasará si no decidimos nada? — pregunté — Tú sabes... Sobre quién debería morir. ¿Qué pasará con nosotros? ¿Moriremos los dos? Puede que si no nos decidimos, nos dividirán el tiempo de vida restante entre los dos.

— No te ralles la cabeza — contestó — ya lo sabremos en su momento.

Después de la pequeña conversación, ambos nos fuimos a dormir. Cuando desperté me di cuenta de que Luna a la noche se mueve mucho más de lo normal. La manta estaba en el suelo y ella estaba al revés de cómo se durmió.

— ¿A dónde vas Logan? — preguntó cuando se despertó.

— Es un día muy bonito. Así que pensé que sería bueno salir a dibujar — contesté.

— Muy bien. Ten cuidado — dijo mientras se tapó con la manta para seguir durmiendo.

Cuando salí de la puerta, el miserable dolor que viene cuando ambos nos separábamos vino. Me había olvidado completamente.

— Es verdad... — dije acercándome a ella — Moriremos si nos separamos mucho el uno del otro. Lo olvidé completamente. ¿Crees que puedes acompañarme?

— ¿Qué? Hace mucho calor allá fuera... — dijo — Dibuja aquí dentro.

— Entonces estaría dibujando mi propio cuarto — dije — si vienes te invitaré a algo de comer.

Lo que dije, si que la convenció ya que se levantó y se preparó todo a la velocidad de la luz. El lugar al que fuimos era un parque que estaba cerca. Suelo visitar el parque todas las semanas para alejarme del mundo real. Ese sitio es mágico. Me hace olvidad de todo lo malo.

— No puedo creer que estés ahí sentado dibujando por tanto tiempo...— dijo — ¿No te aburres de ello?

— Tú eres la que me dijo que dibujara — contesté — ¿No es cierto?

— Y a todo esto, ¿Qué vas a hacer con esa pintura cuando la acabes? — pregunté — ¿ O solo dibujas para ti?

— No estoy seguro — contesté — Me gustaría que estuviese en una exposición si al final me gusta el resultado. Pero claro... Sólo si para entonces sigo vivo.

— Pareces tener problemas con el dibujo, pero también te estás divirtiendo. Estás frustrado pero a la vez feliz. Esto es lo que sientes cuando dibujas... — dijo con una sonrisa de mejilla a mejilla — ¿Cómo empezaste a dibujar?

— He estado dibujando desde que tengo memoria — contestó — Mi abuela siempre me daba cumplidos cuando le enseñaba mis dibujos así que me ponía a dibujar cientos de cuadros, cómo si fuera un idiota. Antes de que lo supiera, ya era tan natural para mí como dormir o comer. Nada se siente mejor que estar realmente concentrado en tu dibujo. Y así llegué a pensar que podría vivir de esto, por lo que intenté meterme en una buena escuela de arte. Pero... ya escuchaste lo que dijo mi padre. Bueno, ¿Y tú tienes algo que quisieras hacer?

— No, no tengo nada... — dijo mirando al cielo — Por eso intenté matarme.

— Pero eso fue antes de que murieras — dije — ¿No es cierto? Estoy hablando del presente.

— Bueno... Hace poco fui descubierta por una agencia de talentos. Estaba pensando en convertirme en una modelo. Y también tenía pensado viajar — contestó.

Me quede mirándola un rato. Ella estaba mintiendo pero quería que ella dijese que mintió.

— Lo siento — dijo — Eso era una mentira.

— Era obvio — dije — Mi vida también está en riesgo ¿Sabes? No podemos hablar de esto si no eres sincera. No tiene que ser en este mismo momento... Pero cuanto antes mejor.

Yo seguí dibujando y ella mirando a los niños jugar entre ellos.

— Logan — dijo mientras se levantaba — ¿Crees que podrías acompañarme a mi clase?

— ¿Dejaste algo ahí? — pregunté.

— Si. Algo así... — contestó— Simplemente no puedo salir adelante de esta forma

— Oye — dije a Luna agarrándola del brazo — ¿Qué es lo que quieres hacer exactamente? Pareces estar muy nerviosa.

Ella asintió. Después de eso me agarró la mano y me llevó a una sala donde el almacén de los objetos para las actividades deportivas.

— ¿Aún no ha llegado? — dijo Luna.

No tenía ni idea de quien hablaba.

— No puede ser... — dijo una voz femenina — ¿Luna?

— Sara — dijo Luna.

— ¿Estás viva? — dijo Sara.

— Es una historia bastante larga y compleja como para ponerme a explicarte. Pero sí, sigo viva — dijo Luna.

— Estaba segura de que te habías caído — dijo Sara.

— Sí... — dije — Después de todo. Tú fuiste la que me incitó a hacerlo.

No me podía creer lo que estaba escuchando. Luna no se quería matar por voluntad propia. Su asesina se podría decir que era la chica que estaba en la misma habitación de los dos. Sara comenzó a llorar. Ella no sabía que decir o hacer.

7 DÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora