Encendió el cigarro y se lo llevó a la boca para más tarde expulsar el humo y repetir la acción consecutivamente. Cuando el olor a tabaco empezó a acumularse en la habitación caminó hasta la ventana para abrirla y seguir consumiendo el cigarrillo allí. Desde aquel lugar tenía unas privilegiadas vistas a la playa, el humo que explusaba entre las comisuras de sus finos labios, hacía la visión del lugar mágica y misteriosa. Aunque sonase extraño, la ventana de su habitación era uno de sus lugares preferidos para fumar. La verdad era que le daba igual dónde consumir sus amados Marlboro ya que estos siempre conseguían que se evadiera de todo, pero en aquella habitación con aquellas vistas a las movidas aguas del pacífico, el efecto se multiplicaba unas cuantas veces.
Apagó las colillas y se dió la vuelta para dirigir su oscura mirada a la enorme cama que se encontraba situada en mitad de la estancia. Encima de ella se encontraba una chica de unos veinti pocos años enrollada entre las sábanas. Brian estaba haciendo esfuerzos por recordar su nombre pero no lo conseguía así que se rindió. Cerró los ojos, exasperado. Su vida amorosa, por así llamarla, consistía en follarse a toda mujer que le resultara apetecible. Cada vez que se proponía llevar a alguna mujer a su cama lo hacía con insultante facilidad seduciendolas con su ingenio y labia. Pero sobre todo aquella facilidad de conseguir mujeres se debía a ser el famoso guitarrista Synyster Gates. Empezó a impacientarse porque la chica no se despertaba así que decidió acercarse a despertarla.
-Hey, despierta, se hace tarde y supongo que tendrás cosas que hacer- se acercó a la cama y comenzó a dar toques a la joven exasperado por el hecho de que no se despertara. Esta por fin abrió los ojos, se desperezó y le miró extrañada- Al fin has despertado.
-Hola Brian.-susurró sensualmente, Haner no se lo podía creer, otra vez tendría que echar a otra mujer de su casa y una persona más le odiaría pero él ya estaba acostumbrado a que las mujeres lo odiasen, no era nada nuevo para él y por añadir otra más a su larga lista de aventuras en la cama con trágico final no pasaría nada.
-Oye mira, lo siento pero supongo que tendrás cosas que hacer o al menos yo la tengo, así que ya nos veremos, un placer-Con su habitual brusquedad y su cara de indiferencia le entregó sus prendas a la chica.
Salió de su habitación y fue a la cocina a por una cerveza. Se sentó en una silla y dejó que su mirada se perdiera en la pared del piso mientras que le iba pegando sorbos a la bebida esperando oír el golpe que indicase que la joven se había marchado. Oía gritos de pura frustración y rabia que provenían de su habitación, pero no le costó mucho esfuerzo ignorarlos. Siguió bebiendo en silencio hasta que al fin escuchó la puerta de la entrada cerrarse. Lo único que hizo fue levantarse a por ropa limpia. Se enfundó unos vaqueros limpios y se echó una chaqueta de cuero por encima para salir a dar una vuelta por la playa antes de ir hacia el bar a reunirse con sus compañeros.
Bajó al paseo e inspiró con ganas el fuerte olor a mar que el viento traía con él y sin más empezó a cuestionarse su vida. No entendía su asquerosa necesidad de pasarse la vida de cama en cama cuando veía que los de su alrededor tenían parejas estables, alguien a quién querer. Intentaba acallar sus pensamientos distrayéndose con otras cosas, pero su mente siempre volvía a aquella pregunta que lo llevaba machacando las últimas semanas. No entendía por qué él era incapaz de querer a nadie como pareja, lo habían intentado alguna que otra vez, pero aquellas relaciones siempre acababan en infidelidades muy poco discretas por su parte, así que hace unos meses dejó de intentarlo. "Brian deja de machacarte, tu vida está de cama en cama, las relaciones no son lo tuyo" Así que, después de auto convencerse de que estaba haciendo lo correcto, decidió volver a su cueva a comer algo antes de ir al Johnny's con los demás.
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Descendin Angel
FanfictionOlivia era una joven de 17 años feliz y simpática, pero la vida da muchos golpes y todo ha cambiado. Ahora vive encerrada en su propio mundo, alejada de todos con miedo a perder más de lo que ha perdido. La única que consigue animarla es su amiga Sa...