Corres, corres, corres...¿A dónde corres? ¿De quién corres? ¿De tus miedos? ¿Del golpe que te llegará al detenerte? O simplemente, ¿Por la desesperación que te da saber lo débil que eres?
Eres victimario y víctima de tus propias desgracias causadas en tu pasado, presente y futuro; pero nunca te lo enseñaron, éso se aprende solo, porque es algo que siempre está pasando. Muchos lo olvidan de igual forma, porque les conviene o porque tiene que ser así.Conocí un demonio a los cinco años al cual le dí como nombre el mismo mío, básicamente porque manipulaba más que yo mis decisiones, distracciones, acciones y expresiones. Al fin y al cabo, no sé quién era el que tomaba peores tomas de decisiones.
A los seis años fui atropellado por una motocicleta (Gran impacto debido a su velocidad), caí en pavimento siendo llevado de inmediato a una zona segura mientras se esperaba una ambulancia. La gente se aceleraba a ver qué sucedía, en unos minutos ya estaba rodeado de muchas personas que hablaban y gritaban aterrorizadas. No sentía nada y era muy pronto para rendirme, era demasiado pronto para darme por vencido. Te catalogue como demonio ése día, porque tus gritos no eran normales, tus gritos me llenaban, tus gritos jamás me dejaron dormir.
Podía ver a mis alrededores, la gente, mi madre llorando, el verde pasto que había ése día, el color de la ambulancia y sus luces. Todo se veía bien, pero olvidé un gran detalle...Mirarme a mí.
A mis seis años con una rotura de tibia y peroné, no me imagino el dolor que debí haber recibido realmente en ése momento, pero sabía que lo merecía de cierta manera por descuidarme. Me dijeron que era posible que quedara en silla de ruedas o andando con muletas por el resto de mi vida...Creo que mi fuerza de voluntad fue más fuerte (Como también el doctor debió haberlo dado todo para darme otra oportunidad) y hasta el día de hoy camino, corro, salto y realizo cantidades de acciones que me dijeron que no podría hacer sin necesidad de algo que me mantenga en pie o haciendo equilibrio.
Desperté con imágenes de mi acostado en el suelo, en el momento exacto en el que alguien gritó: "Mira su pierna". Al abrir los ojos ví a mis padres y al doctor mirándome como si también hubiera sido suerte que hubiera despertado, miré mi pierna, la cual estaba envuelta en algo azul que me impedía moverla, tocarla, si quiera mirarla. Dos meses de soledad en el hospital, atendido por una gran enfermera con la cual podía expresarme y divertirme en ése largo tiempo. Al salir creí que todo había acabado, pero terminé con yeso por seis meses más y la silla de ruedas eran mis pies, casi olvidé como caminar y cuando intenté practicar, terminé en el suelo con un dolor intenso del cual ni Ethan se salvó. Recuerdo que en las noches ése maldito demonio solía hablarme para dejar de lado el dolor que sentía cuando hacía demasiado frío.Aprendí a caídas, me tocó un demonio que tampoco sabía lo que hacía, a la par mía, pero yo lo seguía a él, no había de otra. Sufrimos juntos y aprendimos de la misma manera, lo interesante es que siempre habían problemas, muchas veces los intentamos evitar, pero hacerlo era como entrar a un laberinto sin salida, de todas formas te encontraban.
En un cerrar de ojos ya no necesitaba el yeso y me precipité a caminar para salir permanente de la silla.
Gracias a ello pude volver a la escuela y terminar el año sin problemas. Antes de irme de ahí, me hicieron una fiesta increíble, llevándome los bolsillos de dulces...Lo que más recuerdo.
Pasé dos años en una escuela donde tuve una perfecta infancia hasta que fui transferido a otra con mejor prestigio.
Todo cambio trae nuevos cambios, desafíos, metas y exigencias que excedían las capacidades de mí, de Ethan y mi familia.
Mis padres pagaban una escuela a la cual no quería ir, pagar por cada día lleno de insultos, pagar por cada día el gran bullying general que iba directamente hacia mí y era demasiado débil, como también demasiado torpe para poder defenderme, de cada un golpe que daba, recibía nueve.

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No soy quién, pero soy algo.
RandomSe arriesga todo por tenerlo todo...¿O por ser feliz? Por aprender ciertas cosas que por la distancia desconoces, cosas que son tu día a día, detalles que puedes cambiar por completo. Conciencia, sabiduría, atributos, mente...Te pueden servir para...