Torment ⇒ Jung HoSeok.

Break me

No me dio tiempo para responder, ni siquiera me di cuenta cuando él ya me tenía acorralada entre su cuerpo y la pared. 

Podía sentir su respiración y su aliento acariciar mi rostro.

—  ¿Qué estás haciendo HoSeok?

—  Yo hice una pregunta primero.

Trataba de zafarme, pero era inútil evidentemente él es más fuerte que yo.

—  ¿A dónde ibas?

—  Y a ti que mierda te importa.

Pego aún más su cuerpo al mío, solté un jadeo por la sorpresa de sentir sus dientes en mi cuello.

—  Esa actitud tan arrogante tuya me está fastidiando Heennie, sabes que no me gusta que me contestes de esa manera. 

—  ¡Maldita sea! ¡Aléjate de mí, HoSeok!

Algo desconcertado se alejó lo suficiente como para tener sus ojos fijos a los míos.

—  Cuida tu tono de voz bebé.

Me asuste en el momento que poso una de sus grandes manos sobre mi cuello, lo presionaba, pero no lo necesario como para quitarme la respiración.

Sabía que no serviría de nada el defenderme, el oponerme a sea lo que sea que HoSeok quisiera hacerme, solo haría que las cosas fueran peores para mí, así que decidí con todo mi orgullo por los suelos el dejar de resistirme.

HoSeok al notar mi cambio de actitud me brindo una pequeña sonrisa, indicándome lo orgulloso que se sentía por lo que podía causar en mí.

—  Buena niña.

Paso sin nada de sutileza sus manos por mi cuerpo, desde mis pechos a mis muslos, inconscientemente mi respiración empezaba a agitarse por las caricias que él me brindaba.

No tenía la menor idea de lo que sería de mí después de esto, pero una parte de mi tenia curiosidad de ello y lo disfrutaba.

De repente mis pies dejaron el suelo para después percibir como mi espalda tocaba la comodidad de mi cama.

Cientos de flashback pasaron por mi mente al tener la vista de HoSeok sobre mí.

Comenzó a besarme desesperadamente, como si extrañara desde hace tiempo el hacerlo.

Me sentía tan impotente ante él, no podía hacer nada para defenderme, ni siquiera me opuse cuando me despojo de mi blusa, me di cuenta que ya nada de esto me estaba disgustando, al contrario, poco a poco estuve cayendo una vez más por él.

Me besaba tan ferozmente que sentía que me estaba devorando por lo intenso y nada delicado que era, que al momento de separarse de mí, jadeaba por la falta de aire en mis pulmones.

Una gran corriente de electricidad recorrió mi cuerpo cuando paso tan lascivamente su lengua por mi cuello.

—  Sabes, extrañaba esa actitud tan sumida de tu parte.

Un gemido escapo de mis labios cuando su rodilla, sin nada de gentileza acariciaba mi intimidad.

—  Realmente me excita que te pongas así.