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Cálculo, lo único que me faltaba, saber acerca de malditos límites o peor aún acerca de parábolas y cosas sin importancia.
Aunque yo estaba más jodido por lo Christopher, y nos es que le tuviera miedo, le tengo miedo a que sus amigos se metan por él, eso me caga de miedo.

-Ahora chicos, ¿alguien puede pasar al pizarron a poner la ecuación de la parábola?

Lo peor de todo es que el salón está tan silencio que nadie ...

-¿William Turner?

El profesor me puso tremenda cara como de pasa al menos tú porque nadie quiere participar, carajo.
Entonces me puse a revisar la libreta rápido, pase tan rápido los apuntes que lo único que veía eran conversaciones en mitad de la hoja con Simon. Así que revise en la parte de atrás y vi corazones, pero no me salvaron de mi tormentosa participación obligatoria.

-¿Va pasar al frente joven William?

Estaba tan jodido como lo estaré hoy pintando baños y escuela, y también cuando mi padre lo sepa.

-Si ...

Y todo el salón silencioso, sin ningún susurro o algún tipo que me ayude.
Pero al menos tenía a Simon, que posiblemente el cabron me ayude.

-¿Y bien, Turner? La ecuación.

Estaba esperando un milagro, que sonara el timbre, sin embargo, ahí me tenían parado. Revise el reloj de mi muñeca y era muy temprano como para que acabase la clase, peor aún.
Al menos deseaba que alguien me salvara o que alguien me diese la respuesta.
Me di la vuelta para saber si tenía alguien la repuesta a mis problemas y ahí estaba Simon, apuntando con una mano a su libreta mientras con la otra la sostenía y ahí estaba la respuesta Ax2 + Bx + C

Entonces eso puse en el pizarron.

-Siéntese.

Vaya, casi muero en el intento, aunque desearía haber muerto por Christopher que por Cálculo, porque me imagino algo así:

-Doctores, ¿de qué murió el adolescente?
-Murió por no poner una ecuación de cálculo.

Bueno, siempre suelo imaginar esa mierdas, sin embargo, lo que ahora me preocupa es saber por qué Christopher ha anunciado una pelea cuando bien sabe que tengo un castigo.

-Ahora chicos, con base a la ecuación de la Parábola, agregaremos valores a esas literales y haremos una gráfica para representar lo que acabamos de decir anteriormente.

Realmente odio cálculo, sus difíciles operaciones, sus despejes, el saber cuál es la hipotenusa de no sé quién, el investigar sobre factorización, tener calculadora científica para realizar operaciones tan exageradas y si no la tienes, tienes que ir a conseguir una, lo peor es que en esta amplia escuela con demasiado alumnos, no sé quién podría tener cálculo en un día de lunes tan aburrido y estresante como el mío.

Revise mi reloj de mano y aún había más tiempo que hace 5 minutos, no sabia si podía resistir todo esto, no obstante, lo mejor de estar en un salón de clases era que estaba hasta atrás y hasta enfrente se encontraba Simon, pero él es un cerebrito y le gusta todo lo que tenga que ver con matemáticas. A veces él me enseña álgebra o a despejar ecuaciones y fórmulas. Sin embargo, es malísimo para enseñar, es un desastre.

-Ahora, vamos a sacar el vértice y el foco de esta parábola.

Sinceramente no sé qué hago en esta clase si yo lo que estudiare en la universidad es psicología y lo veo muy innecesario.

-William, ¿tienes regla? -me dijo Antony, el tonto que siempre busca un pretexto para hablarme.
-¿Qué? No... Espera, ¿para qué la quieres?
-El profesor nos acaba de pedir que grafiquemos una parábola abriendo hacia la derecha.

Mierda, y yo no tenía nada para hacer eso, me sacaran de la clase.

-Todo aquel que no tenga calculadora ni juego geométrico para realizar la actividad indicada, les pido que salgan del salón y si logran conseguirlo puede entrar pero no tendrán el trabajo completo, solo la mitad por no traer material para trabajar.
-Mierda, William, creo que tendremos que irnos.

Guarde mi libreta y bolígrafos en mi mochila e iba a mitad del salón cuando me dice el profesor:

-Turner, ¿a dónde lleva esa mochila?
-¡Ah! La sacare a pasear, ¿verdad mochila? -me descuelgo la mochila y la veo. Trato de imitar un ladrido.

Todo el salón se ríe.

-Deje de estar con sus tonterías joven, ¿a dónde va?
-Creo que a fumarme unos porros e irme de su clase, porque mire -revise mi reloj de mano- se me hace tarde para conseguir el material que solicitó y no me aceptara mi trabajo incompleto. Adiós compañeros, recuérdenme.

Y salí corriendo de la clase.
Aunque no tengo la fama de ser drogadicto, quise hacer chistes sobre los estupefacientes, a pesar de que he tenido encuentros cercanos con las drogas.

-William, espera.

Mierda, Antony, otra vez. Me di la vuelta y lo salude con la mano.

-¡Hey! ¿Qué pasa?
-Creo que el profesor llamara a tus padres por el chiste que has dicho de los porros.

Mierda, otra vez no. ¿Cómo hago para meterme en problemas siempre?

-Gracias, Antony. ¿Alguna otra cosa que deba saber?
-Mmmm... -se quedó pensando un rato- Creo que n... espera, escuche que Christopher va a golpearte.
-Carajo, otro más -Palm face- ¿quién te dijo eso?
-Toda la escuela está hablando de la pelea. Dicen que será la pelea más épica de la vida.

¿Épica? ¿Qué mierda? No entiendo.

-¡Oh! Me lo imagino. -realmente no- Gracias, Antony.

Me di la vuelta y continúe caminando por el pasillo.

-Espera, William.

Otra vez no. Deje de caminar y mire a Antony.

-¿Qué sucede?
-¿A dónde irás ahora?
-Pues no creo encontrar el material de Cálculo, así que iré al campo.

Seguí mi camino.

-¿Puedo ir contigo? -Dijo en tono lamentable.
-¿Y tus amigos? -no me detuve para hablar con él.
-¿Cuáles amigos?
-Oliver, Stephen, Julian y Phil.
-¡Oh! Ellos no son mis amigos, más bien son amigos de Oliver y cuando él habla conmigo, sus amigos van con él.
-¿Y Oliver?
-Probablemente matándose en Música o Artes Visuales; además, Oliver no es mi amigo.
-¿Qué? Pensé que lo era.
-La mayoría de la gente lo piensa, pero realmente él no lo es. De hecho, le da vergüenza estar conmigo solo porque soy un Otaku y un Friki.
-Vaya, entonces manda a la mierda a Oliver.
-No puedo, tengo miedo de estar solo en esta maldita escuela, a parte de que no tengo a nadie más.
-¿Sabes qué? -me pare y lo mire- Si lo mandas al carajo, podrás juntarte con nosotros. Quizás le gustes a Gerard. -solté una risa- ¿Qué te parece?
-¿Hablas en serio? Acepto, aunque lo de Gerard ... -se lo pensó- Realmente no soy gay.
-Supongo que Gerard se quedara solo de nuevo. -reí- De todas formas puedes estar conmigo y mi grupo de amigos. Vamos al campo.

Continuamos caminando hasta llegar al campo.
Quizás tener a Antony como amigo Otaku y friki no sea tan malo, después de todo, en el mundo hay más gente rara.

El secreto de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora