Capítulo 38: "Una noche muy especial."

358 33 17
                                    

Contemplaba mi reflejo en el espejo detrás de mi puerta, estiré mi vestido tratando de eliminar la más mínima imperfección en él. Me llegaba a la altura de medio muslo, la falda de vuelos se inflaba al dar vueltas provocando que se subiera aún más y las tiritas que mantenían el escote firme eran tan finas que daba la impresión de que en cualquier momento estas se romperían. No sería una gran fiesta, entonces decidí no producirme de más, el tono negro de mi vestido a juego con mis tacones eran la combinación perfecta de esta noche.

El problema de llevar el cabello de color fantasía, es que no cualquier color te asentaba bien, así que de colores neutros no había más, además, el negro alinea la figura y me da la imagen de chica ruda que deseo.

Pasé el dedo entre mis cabellos, inclinando la cabeza hacia un lado, tratando de ver que le faltaba a mi vestuario. El maquillaje que llevaba era tan clásico, el delineado curvo en la parte superior de los ojos, pestañas con rímel y los labios rojos. Una delicada pulsera decoraba mi mano izquierda y el anillo de siempre en mi dedo medio.

—Estás perfecta.

Mis nervios se escandalizaron al escuchar su voz y ver su reflejo junto a mí, apoyado en el marco de mi ventana en la cual la cortina se aireaba a causa de estar magníficamente abierta.

—Me has causado un gran susto, idiota —sonreí mirándole tras el espejo.

— ¿Te has puesto nerviosa con mi sola presencia?

—Oh, por Dios... ¿Quién crees que eres?

—Pues... El chico de quien estás perdidamente enamorada, ¿no?

No supe qué decir, ni cómo responder. ¿Esto iba en serio?

— ¡Mira la cara que tienes! Estás tan roja, por un demonio.

— ¡Eres un tremendo idiota! —grité al ver que no era tan serio lo que había dicho.

Se acercó carcajeando aún a mí, tomó mi cintura hundiendo su barbilla en mi hombro provocando cosquillas.

—No me puedo creer que vaya a conocer a tu familia.

—Una parte de ella, pero la más importante.

—Es una ocasión especial.

—Pues...

—Lo es —dijo subiendo su rostro junto al mío, sintiendo su aliento chocar contra mi piel y la punta de su nariz acariciar mi mejilla—. Por ello he traído esto para ti.

Soltó mi cintura, yo volteé para verlo mejor, introdujo su mano en un bolsillo de su pantalón de tela negro, al sacarlo, algo plateado brillaba entre sus dedos.

—Espero te guste.

Sus manos abarcaron las mías haciendo entrega de un hermoso collar, de él guindaba un pequeño dije un corazón azul con una coronita caída en uno de sus laterales. Simplemente perfecto.

—Me ha encantado, está hermoso Matt, muchas gracias —seguido de esto volvió a tomarlo entre sus dedos, me volteó frente al espejo poniendo sus manos en mi cintura, e hizo los honores colocando el collar alrededor de mi cuello y ajustando el broche. Acomodé mi cabello admirando el azul intenso frente a mi piel blanca.

—Hay que bajar, mis hermanos están esperando en el salón principal.

Juntamos nuestras manos y nos pusimos en marcha. Entramos al salón principal y como lo había supuesto, mis hermanos ya estaban allí.

Kate se encontraba con un hermoso vestido color naranja y unos tacones fucsia, una combinación un tanto exótica, pero sin saber cómo, le asentaban de maravilla. Ash por su lado llevaba un enterizo muy corto en tonos uva y sandalias de cuerdas. Pues en los hombres, no hay mucho que especificar, hasta el pequeño Axel llevaba una camisa sin corbata y pantalones de tela al ras.

Infiltrada [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora