1. El día de una mujer rota

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Un día, fuimos a visitar a los Mukami por petición de Karl Heinz, parecía que luego de esa reunión volvería un tiempo a quedarme con ellos

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Un día, fuimos a visitar a los Mukami por petición de Karl Heinz, parecía que luego de esa reunión volvería un tiempo a quedarme con ellos. No me emocionó, ya que sabía como eran... Lo único que esperaba era que los ahora dos reunidos clanes no se les diera por querer tomar mi sangre, porque sino, estaría en problemas.

Estuvo hablando durante un rato el señor Karlheinz, explicando un poco los motivos por los que me quedaría con ellos; luego de un rato los Sakamaki se retiraron.

Rato después, Kou-kun me invitó a salir, ya que estaba aburrido y no sabia que hacer. Me sorprendí, pero me puse feliz: hacía tiempo que no salía, fuera de para ir al instituto, ya que no puedo salir sola, debo hacerlo acompañada por “si decido escapar”. Acepté, y luego de un rato salimos a caminar por la ciudad, conversando un poco sobre temas variados pero de poca relevancia. Estuvimos en un parque hasta que oscureció, luego fuimos a comer a un restaurante.

Me incomodaba, porque no podría pagar lo mio, dependo de ellos, no puedo tener acceso a ningún tipo de capital, si tengo alguna necesidad material tengo que consultárselo a ellos, y si lo aprueban o tienen ganas, me lo compran; solo por precaución.

“Por si decido escapar”.

De repente, Kou-kun llamó mi atención con su celular. Oh, hace cuanto no uso uno.

—MNeko-chan saquemonos una foto~.

Lo miré confundida, no suelo —por no decir nunca— sacarme fotos con ellos.

—Es para subirla a Twitter, para que la vean mis fans —comentó sonriendo.

Me lo suponía, era otro de sus juegos, ¿Para que más, sino?

Luego se levantó para abrazarme por los hombros y sacar la foto, después se quedó un rato con su celular mientras yo lo veía en silencio. Me asustaba, una sonrisa perturbadora adornaba sus labios con malicia.

Cuando llegó nuestro pedido a manos del mozo, dejó el aparato móvil y comenzó a hablar sobre comidas de diversos países. No era la charla más interesante del mundo, pero era mejor que el silencio.

Rato después necesité ocupar el baño, asi que me disculpé con Kou-kun y fuí deprisa, ya que me había advertido que no lo haga esperar siendo que él me había invitado. Cuando entré unas chicas se dieron vuelta y me observaron, luego sacaron su celular para mirarlo interesadas, yo entré a un cubículo y pude escuchar claramente como una de ellas hablaba con malicia.

Es ella.

Por el tono de su voz me asusté, sabía lo que significaba eso.

Salí rápidamente del cubículo, pase por al lado de una de ellas, y cuando intenté abrir la puerta para salir la otra chica me la trabó y evitó que pasara.

—Oye, tú eres la chica que está en la foto con Kou-kun —afirmó la pelinegra mientras tomaba un mechón de mí cabello.

—¿Qué eres de él? —me preguntó una castaña a su costado.

—N-No, se equivocan, no soy nada suyo —aseguré temblando, parecía que no me dejarían hasta que estuvieran conformes.

—¡No mientas! —me gritó la pelinegra tirándome del cabello y dándome una bofetada.

—Escuhame bien, no te queremos cerca de él —dijo ahora la castaña tomándome del cabello.

—No entiendo por que está contigo, no eres atractiva, eres bien fea —agregó la otra.

...Era lo mismo que me decían los chicos, tal vez sea verdad, si todo el mundo lo dice por algo será, ¿No?

—No pasaría nada si te hacemos un poco más horrenda ¿Verdad? Después de todo no haría a la diferencia —comentó la castaña empujándome contra la mesada del lavabo, haciendo que me lastime las costillas por el impacto. Caí al piso e hice una mueca de dolor, me latía en el lugar que impacté y sentía que solo era el principio... Debía salir de allí pronto, intenté levantarme pero me patearon, devolviendome al suelo.

—Quedate quieta, zorra —me advirtió la pelinegra, entraron dos chicas más sonriendo, rodeándome.

—D-Dejenme en paz, por favor —rogué de forma entrecortada, la pelirroja que había entrado me tomó del cabello y empujó con fuerza mi cabeza contra la mesada, provocando que incluso sintiera como mi sien crujía por el impacto; ahogué un grito de dolor, seguro había comenzado a sangrar.

Una peli azul me intentó agarrar del cuello, pero le mordí fuertemente la mano en defensa, ganándome otra bofetada de advertencia. Me tomaron entre tres para que no oponga resistencia ni vuelva a hacerles nada y así continuarán divirtiéndose. La castaña se acercó y agachó a mi altura, sacando unas tijeras.

—De esta no te escapas, perra, Kou-kun es solo nuestro.

Por favor... No otra vez.❞

[✔Editado 21/11/17~]

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[✔Editado 21/11/17~]

Si decido quedarme [Yui Komori] |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora