La clase no avanzaba y por mucho que parecía que comenzaba a mejorar, era un golpe falso. Suspiros de escuchaban por doquier. Ya no era solo el día de San Valentín, acordarse de que mientras habían algunos que vivían felices entre amor y afecto, sino que tenían que andar aguantando la lección llena de cursilería de la señorita Bustier sobre el amor incondicional que nos transmitía la historia de "The Little mermaid"; dar inclusive tu propia vida por la persona que amas aún sin obtener una respuesta positiva o quizás ni siquiera la opción de llegar a la otra persona.
La joven azabache se abrazaba a su mochila, el único afecto que iba a tener aquel día. Incluso el pelirrojo, aquel que tanto amor le demostró al akumatizarse, había decidido que no iba ni a dirigirle una triste mirada a su amor no correspondido. Así que su cartera con un patrón de topos era su única manera de sentir el afecto; aunque ese afecto se basara en un tacto duro y frío, muy diferente de a lo que ella le gustaría.
La clase estaba a punto de finalizar y un suspiro mucho más preocupante y alargado dejaron soltar sus labios pastel. Ojala aquel rubio de ojos esmeraldas volteara y le tomara de la mano, se marcharan de la clase con un fondo de un amanecer en una playa que ni siquiera conocía. Pero sabía que hasta ni siquiera era posible que se volteara. Ni eso.
El timbre sonó y la gente empezó a abandonar la clase. Alya observó la poca vida que habitaba en el rostro de la azabache.
- ¿Qué te pasa, chica? - Marinette simplemente le dedicó una mirada sin alma. La morena dejó salir una débil carcajada. - ¿Tanto te afecta que sea el día de los enamorados? - La joven dejó de mirarla para depositar, con una fuerza algo preocupante, su cabeza en el pupitre. Un quejido se añadió en la conversación. - Venga, no es para tanto.
Una mirada de odio atravesó a la morena. - Claro, como si no viera ese paquete de bombones que te has guardado en la mochila. - Alya se sonrojó, este año iba a ser diferente en su caso. - No es novedad que no reciba nada de nadie, no es que sea alguien especial o tenga algo. Soy alguien común y corriente. - Otro suspiró dio por finalizada su oración. Alya llevó su mano derecha a su frente. No entendía como su mejor amiga podía ser tan negativa.
¿No podía ver aquello que los demás se le era obvio?
Pero esa pregunta no se cruzó por la mente de la morena. Había un rubio que mientras recogía sus cosas escuchó esa conversación ajena.
Antes de darse cuenta ya había empezado a escribir. ¿Qué estaba haciendo? Prefería no pensar en ello y sacar conclusiones que harían que no pudiera conciliar el sueño. No le costó demasiado llegar a exponer aquellas cosas que le hacían especial, única, diferente a los demás. No entendía como ella no podía verlo. Decidió que no debería firmarlo, quizás se sentía más seguro actuando en el anonimato. Dejar claro que él pensaba de esa manera le hacía sentir inseguro e incómodo. ¿Por qué? Quizás ni él sabía que sentía y prefería vivir siendo un ignorante que ser consciente de sus sentimientos contradictorios.
Antes de que Marinette abandonara el aula dejo caer dentro de su cartera una pequeña notita. Celebró internamente que no se le hubiera caído al suelo y que ella no se hubiera dado cuenta.
Al llegar a casa reflexionó sobre sus actos. ¿Quizás simplemente estaba siendo empático? ¿Tenía dobles intenciones? Decidió que la única función que tenía aquella inocente nota era sacarle una sonrisa, borrar esos pensamientos negativos y que se diera cuenta de que ella realmente era una persona increíble. Bueno, decisión era de Adrien; vivir sin asimilar conceptos, sin reconocer la verdad. Aunque Plagg le insistiera en el tema de sus sentimientos él preferiría ignorarlo. Al menos Plagg estaba de nuestro lado, viviendo la realidad y no aquello artificial.
Pero de todas maneras, los hechos hablan más que las palabras. Por mucho que un rubio decide ignorar sus sentimientos, aquella nota habla por sus pensamientos escondidos. (Nota: Sorry, estoy en medio de una clase de filosofía sobre la razón, la ignorancia, etc, y me afecta de esta manera xD)
Al llegar a casa, Marinette descubrió la nota. Se sorprendió y miro a ambos lados como si el causante estuviera ahí presente. Tragó saliva y decidió empezar a leer. Su corazón se aceleró cuando la escritura se le hizo familiar.
"Marinette, no puedo creer que no veas la increíble persona que eres. Es la primera vez que conozco a alguien tan valiente y fuerte de la misma manera que dulce y adorable. Siempre piensas en los demás, siempre das lo máximo de ti misma. Nunca conocí a alguien con un corazón tan grande y puro como el tuyo. Y ya no hablamos de lo preciosa que eres... y la hermosa mirada que tienes.
Si hay alguien que no puede ver esto, es un gran imbécil."
Con el corazón conmovido, una sonrisa se formó en sus labios. La melodía de su corazón no se detenía y sintió como la gran felicidad la embargaba.
Y ahí comprendió que aquel día no había sido tan malo.
Y mucho más cuando al colocar la nota en su habitación, comprobó que la escritura era idéntica a aquel poema que tanto guardaba con cariño.
Aunque quizás aquella melodía de su corazón provocaba que terminara en urgencias... pero feliz.
Redes sociales donde hacerme bullying para que escriba de una jodida vez:
Twittah: aryclairyx
Insta: ary.clairy
(sobretodo insta, gracias a mis stories sabréis cuando estoy escribiendo xD)
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Quote of LOVE - Adrinette/Adrienette {MLB DRABBLE}
FanfictionLlega el día de San Valentín y Marinette se encuentra deprimida ya que nadie ha pensado en ella. ¿Será que es totalmente invisible para los demás? ¿Será que no tiene nada de especial? Antes de que la negatividad consiga que termine este día entre he...