Extra 2: En un futuro.

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El verano estaba por acabar, y Percy sabía que pronto tendría que volver a Manhattan junto a su madre. Percy se había pasado el resto del verano leyendo el diario de Danielle, y donde fuera que iba, lo llevaba con él, porque sentía que así ella estaba junto a él. La relación que tenía con Annabeth se había acabado; ella le cortó. Annie se había dado cuenta de que su relación ya no iba a ningún lado, y que él amaba a otra chica, por lo que fue ella quien se atrevió a dar el primer paso. Además, Annabeth estaba comenzando a sentir nuevas cosas por otra persona; Luke. Al principio, la reacción de Percy fue de espanto total y se negó a aceptarlo, no quería que ese animal lastimara a su mejor amiga, pero después de extensos interrogatorios al rubio, Percy terminó por dar su aprobación junto a Grover.

Aquel día el sol brillaba con una fuerza y esplendor que no veía desde hace tiempo, porque en los otros días era más opaca la luz que transmitía, y aunque el campamento constaba con un sistema para alterar el clima, se sentía igual allí. El día de hoy prometía muchas cosas. 

Percy pasaba con su mochila sobre su hombro y el diario de Danielle en su brazo, mientras que se despedía de los campistas que se quedaban en el campamento, y caminaba hacia la colina para volver a su hogar.

A lo lejos oyó como unos campistas gritaban que las cazadoras de Artemisa habían llegado, y muchos campistas corrieron rumbo a la colina para darles la bienvenida. Percy sonríe contento por poder ver a Thalia después de tanto tiempo. Pasaría a saludarla para luego irse.

Al llegar a la colina le sorprendió ver a tanta gente reunida, las cuales le obstaculizaban el paso y la vista. Lograba oír risas y llantos, y se preocupó.

~ ¿Qué estará pasando? ~ se preguntó.

Percy, impulsado por la curiosidad, se hizo paso entre los campistas, y cuando logró ver que era los que los tenía tan conmocionados, dejó caer el diario de Danielle y su mochila. Las lágrimas amenazaban con empañarle los ojos, pero poco le importó. Ella estaba viva, estaba aquí, en el campamento mestizo. Viva.

La chica castaña de bellos ojos azules mezclados con gris levanta la vista y sus ya empapados ojos vuelven a inundarse a causa de las lágrimas, y se separa levemente de Amanda, quien estaba llorando sin consuelo en sus brazos. Danielle sonreía con aquella sonrisa que tanto cautivó a Percy, con la que tanto había añorado, y con la que había soñado cada noche desde que se fue. Estaba ahí. Percy no podía creerlo. Se acerca vacilante a la figura de la chica que le había robado el corazón para apropiárselo por completo; Danielle, su rayito.

Quedan frente a frente, y Percy no sabe que decir, se le queda mirado embalado, sin poder creer lo que sus ojos le muestran. Extiende su mano, y toca el suave rostro de la joven. Ella inclina su cabeza posándola  sobre su mano, sonriéndole en el acto. El corazón de Percy saltó con euforia, lleno de jubilo por saber que está ahí, y que nada de esto era un sueño.

- ¿Esto es un sueño? - pregunta con la voz seca, y la chica se ríe suavemente sin dejar de mirarlo, con un brillo especial en su mirar. Percy podría estar admirándola todo el día.  

- No, sirenito. - le sonríe con complicidad. Percy hace igual. - Esto no es un sueño, esto es real.

Percy posa ambas manos en el rostro de Danielle, y estampa sus labios contra los de ella, devorándolos en el acto, a lo que ella contestó de la misma forma. Extrañaba sus labios, y el olor dulce a vainilla con hojas de un libro recién comprado que expendía. Ese era su aroma favorito en toda la tierra y el Olimpo.

Se separan, y juntan sus frentes. Percy abre los ojos y observa como ella aún está con los ojos cerrados. Le besa con ternura la punta de la nariz y susurra:

- Te extrañe Danielle.

Danielle abre los ojos, y lo ve con los ojos derramando lágrimas. Percy se las limpia con ambos pulgares de sus manos.

Confesiones de una mestiza [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora