[23] Epílogo.

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Sara:

Inmediatamente me levanté y tomé a Esmeralda de los hombros, era muy impulsiva, pero me espanté al ver a Evelyn en la puerta.

No es que su rostro me causara terror, sólo que jamás me imaginé que volvería después de lo que había hecho.

—¿Por qué tienes la capucha puesta? —pregunté y Esmeralda me miró con el ceño fruncido— Bueno, eso no es importante, es decir, ¿qué haces aquí? —pregunté alejando a Esmeralda.

—Hola, ¿puedo entrar? —preguntó nerviosa.

—¿Crees que tenemos una tarde de chicas o qué? —preguntó Esmeralda irritada.

—Sé que lo que hice estuvo mal, pero lo juro, no quise hacerlo. —dijo mientras se cristalizaban sus ojos.

—Entonces no lo hubieses hecho. —Esmeralda se sentía impotente y no sabía cómo tranquilizarla.

—No es tan fácil como lo dices, me vi obligada a hacerlo, era liberar un secreto tuyo del pasado o que mis padres pagaran las posibles consecuencias. —nos quedamos heladas ante la desesperada respuesta de Evelyn.

—¿Qué? —preguntó Esmeralda desconcertada— ¿Eso en qué se relaciona?

—Esmeralda, déjala entrar y que lo explique. —sugirió Amber y yo asentí de acuerdo.

—Bien, puedes hacerlo, pero ojalá tengas una explicación convincente, porque si no, puedo hacerte los mismos diseños que tenemos Amber y yo en el rostro. —dijo refiriéndose a los moretones.

—Cálmate, tú no eres así de violenta, Esmeralda —dijo María y Esmeralda comenzó a llorar.

—Tranquila, estarás bien. —dije acariciando su cabello.

—¿Por qué siempre tengo que estar metida en un problema? Cuando lo que menos quiero es eso —gritó— ¿Nunca podré una vida normal? ¿Siempre tendré que soportar lo malo? —la abracé.

—Esmeralda... —no pude decir nada más, me dolía verla de esa manera.

Amber se veía culpable y Evelyn incómoda. Esmeralda se separó se mí y se limpió las lágrimas.

—Di lo que tengas que decir, Evelyn. —dijo aun con deseos de continuar llorando.

—Recibí una amenaza, que hablaba sobre donde estaban mis padres exactamente, el color de la casa donde están viviendo y en qué están trabajando. Decía que ellos pagarían las consecuencias si no decía lo que sabía sobre ti.

—¿Por qué siempre yo? —volvió a preguntar sin ánimos, Esmeralda.

—Dijo que de repente estabas con el popular, tenías cosas caras y todos te apoyaban, siendo una nerd. —dijo con la mirada perdida— Eso fue lo que sucedió cuando creé aquella página, esa persona también me obligó, y tuve que hacerlo. Me detuve porque nunca más volvió a estar en línea, hasta hace una semana.

—¿Y cómo sabía que tenías un secreto mío guardado? —preguntó Esmeralda confundida. Todas lo estábamos.

—No lo sé, "Eras su amiga hace muchos años, sabes mucho sobre ella, y según escuché hay personas que desconfían de ella y de algo que oculta" fue lo que me dijo. —Esmeralda se llevó las manos a la boca.

—Dios mío, es Eduardo. —dijo temblorosa.

—No puede ser, mencionó algo sobre "el popular" entonces no es algo que concuerde, pero sin duda es alguien de la preparatoria.

Las típicas nerd's ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora