Mentiria si te digo que te he olvidado, que el viento dice tu nombre y no me recorre la nostalgia de tu ausencia. Que me gusta la soledad en la que te escribo para poder dormir. Que no tengo la esperanza de que estas palabras las recuerdes por la noche y dibujen una sonrisa en tu rostro. Tal vez mis hojas vuelan con la tempestad, pero en cada petalo te regalo un fragmento de mi alma, que en la oscuridad de la tormenta te lleven hasta mi jardin.