Prólogo
La gente suele decir que sólo existen 4 estaciones. El verano, que és cuando hace calor. La primavera y el otoño, que són de tiempos temperados. El Invierno, que és cuando hace frío. Pero la verdad es que hay una estación más. És un estación dónde hace frío y calor a la vez, donde crecen y se marchitan las flores a la vez, done nieva y hace sol a la vez. Esa 5 estación se llama... el amor.
Principal: KaiSoo
Secundarias: BaekYeol
TaoRis
HunHan
SuLay
ChenMin
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Capítulo 1
Primavera
-Marzo-
Sintió como sus cabellos eran mecidos suavemente por una calida brisa, ni muy fuerte ni muy floja, que indicaba que, los fríos días en los que la nieve era una rutina, empezaban quedar atrás y que se convertirian en un recuerdo lejano hasta que llegará el año siguiente, dando paso a una nueva época. La primavera.
Arregló el sombrero de lana que reposaba en su cabeza y que había sido ligeramente removido de su sitio original por el viento.
Aspiró profundamente, cerrando los ojos en el acto, como si quisiera que el aroma del agua salada se quedara de por vida impregnado en sus fosas nasales. Definitivamente extrañaria eso, por encima de el resto de las cosas.
-Kyunggie, será mejor que vengas ya –escuchó en la lejanío la suave voz de su tía Tiffany diciendo su nombre. Quería decirle muchas cosas que hasta ese momento había tenido guardadas en lo mas hondo de su corazón. Le quería decir que no quería irse a una casa seguramente blanca y sólo con muebles necesarios para sobrevivir, nada más ni nada menos, sin ningún rasgo especial, simple, en medio de una ciudad en la que nadie se preocupaba por los que tenían al lado, en la que la gente caminaba rápido, como si fuera un maratón contínua, infinita, y que ni siquiera paraban a observar su alrededor. No quería ir a un sitio donde las plantas nacían, crecían y morían por simple monotonía, no como un milagro de la naturaleza, como lo hacían las plantas de Goyang. Su Goyang. Aquel pueblo que por nada del mundo quería dejar pero que, por culpa de personas egoistas con deseos egoistas, debía abandonar. También quería decirle que, si por él fuera, hasta echaría raizes ahí para que nada le impidiera irse. Pero no, no se lo dijo. Sabía que eso solo le traería más problemas. Problemas innecesarios.
Abrió lentamente los ojos, que había cerrado por pura inercia, por puras ganas de sentir sin tener que ver, ni oir, ni oler, ni tocar. Solamente sentir.
Se acercó a los que habían sido casi sus padres durante tantos años. Casi todos los de su corta vida. Les dedicó una sonrisa nostalgica.
-Kyungsoo, recuerda darles recuerdos de nuestra parte a tu padre –dijo su tío Minho, en un intento vano de amenizar el ambiente tenso que se había formado. Él sabía que prefería que el padre de Kyungsoo no se acordara de ellos y que los dejara en paz. Pero ya era demasiado tarde.
Nunca hubiera pensado que una despedida podría ser tan dura, por mucho que intentara aparentar que no le afectaba la partida, que aparentaba iba a ser para siempre, de su sobrino favorito. Nadie ahí presente quería que Kyung se fuera con una persona que seguramente le daría igual el bienestar de él. Nadie lo quería.