Esto no es real, mi móvil no esta sonando. Maldición si esta sonando.
Busque mi móvil en mi mesa de noche, deslice la pantalla para responder.
— bueno.— Contesté con voz soñolienta.
— Fara, soy yo Alessandro Prieto... Tu jefe.— Escuchó detrás de la línea.
Me incorporé de inmediato de la cama, encendí mi lámpara de noche. Buscando algo de iluminación.
— ¿ Señor, está bien?.— Inquiri preocupada.
— No, en realidad sí, te estoy llamando porqué necesitó un favor de tu parte. — Estruje mis ojos tratando de despertar.
— Claro.— Un bostezo se escapa de mi boca.— Lo qué usted diga.
—Es Bruno.— El sueño desapareció al instante de escuchar su nombre
— Está ebrio en un bar de mala muerte y necesitó qué vallas a por el, sé qué debes de estar ocupada. — O dormida, pienso.— No estoy en la ciudad y por lo mismo no puedo acerme cargo, entiendo si dices que no.— Hace una pequeña pausa.— La verdad es qué no tengo a quien recurrir.— Está bien, deme la dirección yo iré a por él.
¿Qué estoy haciendo?, ni yo misma lo sé, ¿porqué no me negué a la petición de mi jefe?, bueno, digamos que me afecto su desesperación es obvio que ama a su hijo y como bien dijo Eric
"Bruno es su talón de Aquiles".
Eran las 12:45 a.m. y yo estaba en mi auto próxima a llegar a un bar no muy decente ( según la descripción del señor Alessandro). Buscando a un idiota ebrio, mi madre tenía razón, tú vida cambia de un momento a otro y tú ni cuentas te das.
Estacioné el auto frente al lugar en donde me había dicho mi jefe, entré y sólo hacerlo y ya tenía la mirada de todos los borrachos del lugar sobré mí.
Supongo que no debe ser muy normal ver a una mujer a esas horas en un lugar así y en pijama, es que salí muy deprisa y sólo tomé un abrigo, cuando me di cuenta que iba en pijama ya estaba varias cuadras lejos de mi casa y preferí no regresar.
Aunque ahora lo lamentaba, miré a todos lados en busca de Bruno hasta que lo vi cerca de la barra, besándose con una pelinegra.
Sentí mi sangre hervir, ese tipo si que era un asco de persona. Reprimi esas nuevas sensaciones, expiré hondo y me dirigí hasta él.
— Bruno!!!.- Lo llamé.
No se inmutó en separarse de la pelinegra, sus manos se movían sobré el cuerpo de la mujer sin ningún pudor. Estaba empezando a sentirme realmente cabreada, deberían de buscar una habitación,eso era sexo con ropa.
Lo llamé una vez más y no respondió, levantó el rostro lentamente mirándome con desdén luego volvió a sus andanzas.Giré sobre mis talones, yo no estaba para estar viendo pornografía barata, ni siquiera sé porque me molestaba tanto verlo así con esa mujer.
Llegue hasta la puerta, sin mirar atrás no pensaba hacerlo, me detuve al sentir a alguien tomarme por la muñeca. Impidiendo así mi paso, giré para ver él autor de tal estupidez.
— Celosa.— Su sonrisa lasciva aumentó más mi furia.
Maldito idiota, celosa, eso nunca y menos de un invesir como él.— Ni en tu mejor sueño, idota.- me solté de su muñeca y salí del horrendo bar.
— Sabes yo no suelo repetir, pero tú tienes algo que me hace querer más.- dijo a mi espalda.
Perfecto ahora me sigue, continúe hacia mi auto, pero el fue mucho más rápido y antes de que lograra abrir la puerta, el tenía mi cuerpo de espalda al auto y el en frente de mi. Apricionandome con su atlético cuerpo de Dios griego.
—Eres un maldito mentiroso.— Le escupí con asco.
— Fue muy fácil.— Esbozó una sonrisa de lado, que derretiría a cualquier mujer, menos a mí. Estaba demasiada enjada.— Sólo tuve que darle unos dólares al mesero y él se encargo de lo demás.
— ¿cómo sabías que era yo quien vendría?.— Pregunté tratando de soltarme pero fue en vano.
Acercó su rostro al mío, lo giré evitando acercamiento
— Digamos que mi querido padre es muy reservado, obviamente no mandaría a tu noviecito y como me di cuenta que te tiene mucha confianza... ya sabes lo otro, cara.Quería gritarle la clase de alimaña que era, un mentiroso sin remedio. Utilizar a su padre de esa manera era un acto tan ruin, tan falta de pudor. No respetaba el hecho de que fuera débil por él, al contrario lo usaba a su favor.
Abrí la boca para gritarle,pero sus labios me detuvieron, otra vez ese beso pasional, sus labios eran calientes y sabían a whisky, eran el néctar mas delicioso y prohibido.
Quería alejarlo de mí, pero mi traicionero cuerpo no se movía, no hacia nada para impedirlo, sus manos viajaron hasta mi cintura apegandome más a él.
¿ Qué decías del sexo con ropa?.
Empujé su cuerpo como si su tacto quemará.— Eres una mierda de persona.— Masculle sin mirarlo.
Lo alejé de mí, entré a mi a auto, conduje lejos de ahí, lo más lejos posible de él.
Mis ojos se sentían calientes a puntos de llorar, me sentía tan sucia, al parecer ése era mi nuevo estado.
Saber qué permití que me besará después qué lo había hecho con aquella mujer no mejoró mis sentimientos al contrario.Llegue a mi casa, tenia ganas de lloral de acabar con todo, abrí la puerta y me recoste detrás de ella.
Cómo puede ser tan desarmado, y yo, estúpida. ¿ Qué mierda me estaba pasandome?,¿ qué le sucedía a mi cuerpo cada vez que él se le acercaba?.
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AMORES QUE MATAN ©
Romansa{EDITANDO} BORRADOR Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren. Escenas para (+16), sino te gusta aún estás a tiempo.