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____ llega alrededor de las nueve de la noche. Se ve agotada y a decir verdad, un poco triste también. En cuanto me ve, todo su agotamiento desaparece y se transforma en preocupación. Deja su bolso en el suelo y se acerca corriendo a mi.
-¿Te encuentras bien?- Dice sentándose a mi lado y abrazándome con fuerza.
-No... La verdad no...- En ese momento suelto un fuerte sollozo y me pongo a llorar.
-Steven... Qué pasa...- Acaricia con suavidad mi cabello, eso es lo único que me tranquiliza.
-Hablé con Duff... Y ya sabes... Deberíamos ir buscando los boletos a Disneylandia...-
-¿Qué pasó?-
-Le dije todo lo que sentía... Y que no quería volver a verlos nunca más...-
-Yo... Lo siento Steven...- Me abraza con más fuerza, y no hago más que acurrucarme en su cuello. No se supone que esto debería estar pasando. Yo debería ser feliz con los chicos, practicando día y noche para pronto ser la mejor banda del mundo. Tener una novia a mi lado que me quiera de verdad, tanto como yo a ella. Pero en cambio estoy aquí sentado, llorando desconsoladamente porque las cosas no son como a mí me gustaría.
-¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor?- Pregunta ____, sacándome de mis pensamientos.
-No lo sé... ¿Ir a Disneylandia?-
-¿De verdad quieres hacer eso?-
-Si...- Digo suspirando.
-Está bien... Entonces vamos...-
-Pero no tengo dinero... Hay que pagar el avión, la entrada y todas esas cosas...-
-Yo pagaré todo...- Dice besándome la mejilla.
-¿Qué?-
-Ya oíste, creo que con mis ahorros alcanza suficiente para irnos los dos...-
-No puedo dejar que hagas eso por mí, ____. Es mucho dinero...-
-Bueno, entonces quiero algo a cambio...-
-¿Qué cosa?-
-Que sonrías durante todo el viaje, no quiero verte ni una sola vez triste.- Sus palabras me hacen sonreír de inmediato. Es muy buena conmigo.
-¿De verdad vas a hacer todo esto por mí? Nos conocemos hace muy poco...-
-Ya, deja de preguntar... Mete en tu mochila todo lo que quieras llevar.-
-Gracias...- La abrazo con toda mi fuerza y me levanto. Dejo en su lugar la poca ropa que había en mi mochila, y lo único que meto, son galletas de chocolate que ____ guarda en su cocina. La espero un rato en la sala, al parecer ella está haciendo una maleta mucho más grande que la mía.
Una vez que termina, subimos las cosas a un taxi que nos lleva al aeropuerto. Observo como ____ compra dos boletos a California. Podría decir que me empieza a gustar. Además, es muy linda. Regresa conmigo y me da uno de los boletos. Se sienta a mi lado y sonríe.
-Steven, nos vamos a Disneylandia.-
-Lo sé...- La abrazo con fuerza y ella suelta un pequeño grito de emoción. Esperamos una hora para poder subirnos al avión. Mientras comemos una hamburguesa en un restaurante del aeropuerto, y ____ me escucha atentamente mientras le cuento porqué tengo tantas ganas de viajar a Disneylandia. Una vez dentro del avión, la noto un poco nerviosa.
-Oye, ¿Qué pasa?- Digo tomando su mano. La aprieta con fuerza y me mira.
-Es que es la primera vez que subo a un avión...-
-¿En serio?-
-No te va a pasar nada, tranquila...-
-Me da miedo la altura...-
-Ven aquí...- La tomo de la cintura para cargarla y poderla poner en mis piernas. Ella se sonroja un poco, pero me abraza con fuerza. Acaricio su suave cabello para tratar de tranquilizarla, y al cabo de unos quince minutos, está totalmente dormida sobre mi hombro. Pasamos todo el viaje en esa posición. Y una vez que aterrizamos, la despierto para bajarnos. Casi no hablamos durante el camino en el taxi que nos lleva a un hotel. No es muy caro, pero tampoco está mal. Además, ____ está pagando todo, así que no puedo quejarme de nada.
La habitación del hotel es amplia. Tiene dos camas, un baño, un armario grande, y una ventana con vista a toda la ciudad. Es lindo. Sobretodo porque aún es de noche, y las estrellas siguen brillando en el cielo. Volteo a ver a ____, quien está del otro lado de la habitación viéndome con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Estás feliz?- Me pregunta sonriendo.
-Si... Gracias por esto...-
-Deberías dormir... Mañana por la mañana tenemos que ir a Disney. No querías estar cansado cuando lleguemos.-
-Está bien... Gracias...- Le sonrío una vez más, y sin decir más, me acuesto en una de las camas y veo la ciudad hasta que consigo quedarme dormido...
Al día siguiente, los dos nos levantamos muy temprano, y antes de lo que canta un gallo, estamos formados para comprar entradas a Disneylandia. Pasamos todo el día muy bien. Subiéndonos a todas las atracciones que podíamos y comiendo pizza sin parar cada vez que nos daba hambre. También compramos algunos recuerdos. Tengo que decir que fue el mejor día de toda mi vida. Hace mucho no me sentía tan feliz y tan bien acompañado como lo hice hoy.
Al final del día, regresamos al hotel, y en cuanto ____ toca su cama, se queda dormida. No puedo hacer nada más que observarla detenidamente y pensar en que quizás, me estoy enamorando de ella. Y voy a poner toda mi confianza en esto, esperando que no resulte ser una Emma más...

One in a million. (Steven Adler) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora