capítulo 1

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Toda la oficina estaba de patas arriba, hoy es el aniversario del bufete y todos andan como locos, bueno, yo también ando como loca. Aunque tomando mi perfil psicológico esa no era ninguna novedad, a veces odiaba ser tan inestable,
Pocas veces la oficina solia ser tan alborotada, pero hoy es un día de esos que hay excepción.

Por fortuna era viernes lo que significa que después de la fiesta sería fin de semana libre, aunque aún no he pensado que voy hacer esté, lo más seguro es que llamé a Nalia para ver una pelicula romántica y comer helado. Joder de pensarlo ya deseaba que fuera sábado para acurrucarme entre mis calientitas sábanas.




—¿ Fara, me estas escuchando?.

La voz de Eric me sacó de mis estúpidos pensamientos, lo observé, vaya ese chico si que era atractivo, alto de ojos claros, pelo negro, labios carnosos, un cuerpo mejor esculpido que el de un modelo de esos que salen en las revistas del corazón, todo un " Adonis".

En definitiva un excelente partido, inclusive para mí. Aunque nos parecíamos demasiado, a veces en medio de mis divagues pensaba en la posibilidad de una relación entré ambos.

— Sí.— Mentí.— ¿Qué decías?.

Puso los ojos en blanco.-
— Te preguntaba si quieres venir conmigo a la fiesta...

— Sí, por supuesto.— lo observé sonreír, es que todo en el tenía que ser atractivo.

— Okay, entonces paso por ti a las 9:00.— Hizo ademán de irse pero se detuvo.— Lo olvidaba mi tío te mando a llamar.



Toqué la puerta de la oficina de mi jefe, sabía que el me había mandado a llamar pero en el tiempo que llevo trabajando con el señor Alessandro Prieto había aprendido a nunca entrar sin antes tocar.


Escuche un "adelante" y entonces pase, mi jefe tenía su vista en el monitor de su computador, el era un hombre de unos 60 y tantos años, según mis cálculos, al igual que Eric era alto, supongo que es herencia familiar.

Tenía el pelo canoso, con algunos mechones negros, su piel era un tanto morena, rasgos sin duda italianos.



— Señor,¿ me mando a llamar?.- dije una vez entre a su oficina.


— Sí, Fara seré directo... Necesito que me hagas un favor.— Enmarque las cejas algo sorprendida.


Había escuchado bien, dijo... ¿por favor?, nunca había escuchado decirlo, ni siquiera por cortesía. Su trato hacia mi siempre era, "Fara has esto", "Fara lleva esto", " Fara arregla eso o aquello", pero nunca un " por favor".


— Mi hijo llega a la ciudad hoy
— Continuaba tecleando en su móvil. — como sabrás estoy muy ocupado.— Asentí. — Necesitó que vallas a por él al aeropuerto.

¿Hijo?, no sabía que tuviera hijos...


No sabía que tuviera hijos, señor.— Me arrepentí al instante de decir tal cosa, eso no era asunto de mi incumbencia.

—No tenías Porqué saberlo.— Masculló en tono tosco, bajé la cabeza avergonzada.

Despega la vista de su computador,
tomó un pedaso de papel y escribió algo, lo extendió para que yo la tomará.


— Ahí tienes la hora de llegada del vuelo y su nombre, deberías darte prisa si quieres asistir a las fiesta.— Asentí tomando el papel, observé la información.

Perfecto el vuelo llegaría a las 6:00, consulte mi reloj 4:50, mi jefe tenía razón debía darme prisa o de lo contrario el hermoso vestido que compre se quedaría para otra ocasión.

AMORES QUE MATAN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora