Capítulo 29.- Ana

1 0 0
                                    


-Gracias.

-¿Por qué?

-Por haberme hecho sentir joven. Me lo he pasado muy bien.

Bajo la mirada y sonrío, sin saber qué decir. Entonces Josh me agarra la barbilla y me obliga a levantar la cabeza. Se inclina hacia mí y me besa. Mi respiración se agita y noto como se me embota el cerebro. Me cuesta respirar y siento miles de descargas eléctricas por todo el cuerpo. Cuando se separa, llega el vacío a mi estómago.

Intenta alejarse pero me acerco más a él y lo abrazo. Envuelvo su cintura entre mis brazos y apoyo la cabeza en su hombro.

-¿Cuándo volveré a verte?

-Pronto. - se separa un poco de mí para mirarme a los ojos y añade: - Te lo prometo.

Y esto cierra nuestra despedida. No hay un "Adiós", no hay un "Hasta luego". Sólo un "Te lo prometo". Lo observo caminar hacia las puertas que lo conducen hasta el avión que despega a las cinco de la tarde. Miro el reloj de mi muñeca, son las cuatro y media. Josh no se da la vuelta para levantar la mano y despedirse, y se lo agradezco. No quiero que vea como las primeras lágrimas amenazan con salir de mis ojos.

Me siento en uno de los asientos que hay junto a los enormes cristales que dan a la pista de aterrizaje. Intento memorizar hasta el último segundo que ha pasado con él este fin de semana. Nuestro encuentro, la fiesta de disfraces, el cine, la huida, el parque de atracciones, la planificación de la película del parque... Y hoy. He faltado a clases para estar toda la mañana con él y mostrarle cosas de la ciudad. Han sido los mejores tres días de mi vida, y todo gracias a él. La media hora de espera se convierten en cinco minutos para mí. Entonces veo como el avión se separa del anclaje y se aleja del edificio, cogiendo velocidad, hasta que levanta las ruedas del suelo y se pierde poco a poco entre las nubes.

"Te lo prometo"

Lo último que me ha dicho resuena una y otra vez mientras camino hacia la salida.

-¿Qué tal la despedida con Daniel? - pregunta Estefi saltando sobre uno de los pupitres para llegar hasta mi mesa.

Al verla, Álex se levanta para marcharse, pero Juan es más rápido y lo agarra con fuerza por el hombro.

-Mi brazo malo, mi brazo malo – no deja de repetir Álex a toda velocidad.

Juan no lo suelta hasta que se sienta. Lo observo con atención, tiene un círculo azulado alrededor del ojo. Consecuencia de la fiesta de disfraces. Al otro lado de la sala, Miguel está sentado en una silla con dos muletas al lado.

"Daniel" es el nombre que usamos para hablar de Josh. En verdad, Daniel fue el amor platónico de la infancia de Estefi, un chico cinco años mayor que ella que vivía al lado de sus abuelos.

-Nada.

-¿Lloraste? - pregunta rápidamente Estefi.

-¡No! Bueno, al menos mientras él estaba delante.

Estefi chasquea la lengua y se deja caer sobre el pupitre de al lado, fastidiada.

-Lloraste. Él te lo notaría en los ojos antes de irse. Los tíos siempre saben eso.

-Eso no es cier... - comienza Juan.

-Lo saben – lo corto Estefi – Otra cosa es que hagan algo al respecto.

Juan y Álex se lanzan miradas de desacuerdo. La escena me fascina. ¿Los ha unido la pelea?

-Movimiento en la mesa de Miguel – canturrea Estefi, cuando éste se pone de pie y se acerca a nosotros.

Diario de JoshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora