Princesa Dhampir. Razas De Sangre. Libro 1

Capítulo 18. Último sacrificio.

Me desperte cerca de las 7:30 am, Derek yacía dormido a mi lado, lo contemplé, parecía un ángel así de sereno... así de vulnerable.

Miré su cabello desordenado pero sexy, sus bellos ojos cerrados y sus labios, ¡oh dios mío!, esos fantásticos labios que tanto amaba.

Sin poder resistirme, me incliné y lo besé suavemente, en cuanto mis labios tocarón los suyos, sentí una sonrisa dibujarse en ellos mientras que sus brazos me rodearón.

Pegué un gritito de espanto.

--¿Acaso creiste que estaría con la guardia baja? --preguntó mientras me besaba el cuello, me hacia cosquillas.

--¡Payaso! --le dije mientras golpeaba juguetonamente su brazo--. Iré a ducharme --me levanté y tomé mi neceser de baño.

--Hmm, yo iré a desayunar un delicioso café espumoso, y a quitarme estos harapos.

Salí de mi habitación y entré a la ducha, me bañé lo más rápido que pude, decidí ponerme unos vaqueros cómodos de color negro, una blusa de manga larga con cuello de tortuga a color blanco y por último una chaqueta de piel de color negro, también decidí usar botas negras, aptas para la nieve, recogí mi cabello en una coleta alta y me dirigí a desayunar.

--Buen día a todos --dije una vez que llegué al comedor, me senté junto a Sarah, ella me sonrió y me ofreció una rosquilla de glaseado de chocolate, mi favorita.

Una vez que desayuné decidí salir un momento hacia afuera, todos los guardianes estaban adentro pues se aproximaba una tormenta de nieve, empezaba a hacer aire y copos de nieve se amontonaban en mi cabello, me detuve, afuera mientras miraba la nieve caer, un gracioso movimiento llamó mi atención, era una figura negra y enseguida observé otras cinco, iban emergiendo continuamente... y lo comprendí al instante.

Eran strigois.

Me dirigí como loca hacia adentro y cerré la puerta, no es que los strigoi no la puedan derrumbar, pero no les iba a dar ventaja.

--¡Hay strigois afuera, se dirigen hacia aquí! --grité en cuanto entré, inmediatamente todos los guardianes se pusierón en su lugar de ataque.

--¡Derek Ritters! --gritó Josua--. ¡Con Jade y Sarah!, ya conocen el plan, en cuanto entren los strigoi salid por la escalerilla de emergencia y avanzad hacia el bosque, lo más lejos que podais, lejos de aquí --nos dió rápidamente las instrucciones y nos entregó tres móviles, uno a Sarah, otro a Derek y otro a mí. Nos dirigimos rápidamente hacia la escalerilla de emergencia.

--Confío en ustedes --dijo Josua mientras regresaba con los otros guardianes.

Un golpe nos puso alertas, los strigoi habian entrado, no sabíamos cuantos eran, nosotros éramos alrededor de 21, sin contarnos a Derek y a mí, me acerqué hacia la escalerilla y bajé, abajo habia un strigoi, y le caí encima mientras le estacaba fuertemente con una furia que no conocía que poseía, enseguida bajó Sarah y luego Derek, cuando empezamos a correr hacia el bosque, yo iba por delante, cuando de repente mi pie tropezó con una trampa, caí mientras trataba de quitarme la hoja de navaja filosa que se habia enterado en mi pie izquierdo, Derek se aproximó rápidamente hacia mí y con un movimiento rápido y fuerte me quito la hoja de navaja, ahogué un quejido de dolor.

De un momento a otro escuché pisadas en la nieve, no era nada fácil ver, pues la nieve nos cubría una gran parte de visibilidad, pero por el sonido de las pisadas, sabíamos que eran dos strigois... y estaban cerca.

--Déjenmelos a mí --dijo Sarah, la miré con la preocupación en mi rostro, solo que ella no necesitó ayuda, en cuanto ella extendió sus manos dos grandes bolas de fuego salierón y envolvierón a los strigois... lo comprendí, ella ya sabía dominar su poder.