Prólogo

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En estos 19 años que llevo de vida, solo tuve ojos para una persona, Pedro Romano.
Luego de haberles dicho esto, posiblemente hayan pensado que somos novios hace años, y que estamos por casarnos e irnos a vivir a un bonito departamento en la ciudad. Bueno, sí lo hicieron déjenme decirles que están completamente errando a nuestra realidad.
Pedro es mi vecino y mejor amigo, hijo de los mejores amigos de toda la vida de mis padres Tomás y Natalia Justo. Nos contamos absolutamente todo y siempre estamos el uno para el otro, nuestras familias titulan nuestra relación como de hermanos, intentando ignorar el hecho de que la hermanita de corazón de Pedro se lo "come" con la mirada cada vez que se encuentran.
Pedro actualmente tiene novia, Cande, la cual hace que sea mas invisible a sus ojos de lo que ya era.

Hasta que un día se me ocurrió la brillante idea de enviarle cartas anónimas, y poder plasmar todo lo que no puedo decirle en ellas, todos los martes a las 9 de la mañana, haciendo memoria a aquel martes años atrás cuando en esa hora, el había producido que mi corazón se rehuse a dejar de latir fuerte por el, besándome.


9 de la mañana [Pedrana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora