No quiero volverme a levantar de la cama, con miedo a poner un pie en el suelo y que algo me haga daño a mí o a mi familia, no quiero sentirme amenazada por alguien que nunca he conocido ni conoceré, por alguien que posiblemente mañana este muerta en manos de alguien de mi grupo. Por eso, ahora quiero huir, dejarlo todo atrás, vivir una vida tranquila, con alguien especial a mi lado y sin temores.
Estoy corriendo por las calles de Seoul, nunca me imaginé que huiría de mi propio grupo, el que me vio nacer y madurar, voy sin parar aún con mi pañuelo que identifica a que grupo pertenezco cubriéndome la boca, ya que el frío se me cala en la garganta y no me deja respirar y avanzar hacia la libertad aunque esta sea la muerte, solo necesito vivir tranquila.
Ellos me persiguen sorteando cada obstáculo que les lanzo, yo era la más rápida de todos ellos así que será difícil alcanzarme, aún así decidí adentrarme en una nave abandonada, allí vi un sitio devastado por la quiebra, aún estaban las máquinas, ya oxidadas, pero parecía que lo dejaron todo ahí y huyeron, como yo lo estoy haciendo ahora.
Me escondí detrás de una de las máquinas más grandes, mi respiración se escuchaba por toda la nave, o al menos eso me parecía a mí; los oí entrar acelerándose así mi corazón cada vez más rápido, cada paso que daban mi respiración se paraba: -¡Eh, jefe!-Grito uno de ellos-Ella está aquí, mire. -Sí, está aquí, este es su pañuelo, seguro-Ríe con voz grave.
Me toco rápidamente el cuello: -No está-Susurré sofocada.
Me senté en el suelo esperando un milagro mientras escuchaba sus pasos, los pasos de la muerte acercándose a mí, mi cuerpo era incapaz de moverse, solo mi mente se movía hacia el futuro, el de mi familia, ¿como podrían vivir sin mí? mi hermano está enfermo y mi madre no puede trabajar, ¿Tomé una mala decisión? Una mano masculina me cogió del cuello de la chaqueta levantándome hasta que no pude alcanzar el suelo con los pies, intenté defenderme pero fue en vano.
-¿Te crees muy lista?-Me mira a los ojos, con esa cara desfigurada por las balas que la atravesaron, era mi jefe y mi padre-¿Crees que por ser mi hija vas a salirte con la tuya?-Ríe empujándome contra la máquina- Tu hermano también lo intentó y mira como acabó-Me tira al suelo.
Nunca supe porque mi hermano de pronto se puso así, supongo que es un derrame cerebral por la tremenda paliza que le habrá metido mi padre, me molesta que mi madre nunca me lo contase.
-¿Te consideras mi padre? Tú no puedes llamarte ni humano-Lo miro desafiante, voy a morir pero no sin antes luchar.
Me intento levantar pero me vuelve a coger del cuello y me pega un puñetazo tirándome otra vez al suelo haciendo que mi nariz sangre.
Me logré levantar poniéndome frente a él, frente al hombre que ha destrozado mi familia y lo único que tenía
-¿Matándome conseguirás que mamá te ame de nuevo?-Me aparté la sangre que salía por mi nariz-Ese no es el camino.
-¡Cállate!-Gritó pegándome otro puñetazo, caí de lado al suelo destrozándome las costillas -Así quiero que lo hagas ¡Vamos grita! nadie te puede oír.
El dolor me recorría todo el cuerpo, ya mi mente se ha bloqueado y mis ojos están borrosos ¿Así es la muerte?
-¡Hey vosotros!-Un chico gritaba unos metros mas alejado, estaba con un grupo, no pude ver sus caras pero sí vi que llevaban bates y más armas similares ¿Vendrán a ''rematar la faena''?
-...¿Y que vamos a hacer con ella?-Escuché una voz grave y masculina a mi lado. -¿Por qué no nos divertimos? ya sabéis...-Ríe otra voz masculina.
Al escucharlo me levanté rápidamente, seis chicos me miraban fijamente uno de ellos estaba recostado a mi lado en la cama, la habitación estaba desordenada y llena de cables y luces, parecía más un laboratorio.
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One Shots
Teen FictionHistorias cortas que te encantaran, espero que les guste. Algunas son adaptaciones.