Al borde del abismo.

Principios siendo la nueva

El primer día, me llevó mi mamá. Nada del otro mundo. Me dejó en la entrada y pues como ya había hecho el recorrido le dije que se podía ir. Entré, y me dirigí a mi salón. Cuando estaba llegando la preceptora me detuvo. "Ven conmigo, yo te voy a hacer pasar a clases". Dicho esto, la seguí, tocó la puerta y una profesora la abrió. Yo, no conocía a nadie por lo que era bastante tímida. La mujer nos hizo pasar al salón. Margaret, la preceptora me presentó para luego hacer que me siente en el primer banco. Una chica se sentó al lado mio. Fue muy amable conmigo. Me dijo su nombre, pero mi memoria siempre fue muy mala por lo que luego de un momento se me olvidó. Pasaron las primeras horas y salimos al recreo. Estuve con ellas y la verdad eran muy buenas aunque yo no me dí cuenta. Estaba tan resentida con todos, lo único que quería era volver a mi antiguo colegio. Allí tenía muchos amigos, es mas todos los cursos eran amigos míos. Extrañaba a mas no poder a mis mejores amigas. Y haría cualquier cosa por volver a estar con ellos.

Luego de unos días, me fui integrando mas al grupo. Pero por mas que las chicas lo intentaran, yo no soportaba estar ahí, no podía. Entonces me comencé a juntar con unas chicas de otro curso. Una se llamaba Antonella y la otra Lara. Mis compañeras me decían todo el tiempo que no me juntara con ellas, pero a mi no me importaba lo que ellas dijeran. No soportaba tenerlas cerca, eran un constante recordatorio de todo lo que yo había perdido y nunca iba a poder recuperar. 

Antonella era conocida por estar con todos los chicos que se le cruzaban. Y por estar con ella a Lara y a mi  nos conocían. 

Pasaron un par de días y vi a un chico. Era castaño, con rulos, alto y de ojos claros. En ese momento sentí algo que nunca había sentido. Era una sensación inigualable, pude verificar como eran las tan conocidas mariposas en el estómago. Era tan hermoso, el simple hecho de verlo, tan cerca pero a la vez tan lejos, era lo único que me hacía la estadía en el lugar mas sencilla. Supe, que el chico me gustaba, me gustaba de verdad, ya no era solo un amor pasajero como los anteriores, y con él podría tener posibilidades, quizá él me miraría, notaría mi existencia, quizá...