-Jessica, tienes trabajo que hacer, veo un auto acercándose.- oí de Jeanie y me moví hacia el micrófono. Acomodé los auriculares sobre mis oídos y me aclaré la garganta para cuando el auto por fin llegó a la pantalla electrónica.
-Bienvenidos a "Wizards", ¿Puedo tomar su orden?- pregunté, intentando que mi voz no pareciera tan deprimida.
Me había esforzado muchísimo tres semanas atrás para conseguir el empleo, fingiéndome con mucha energía y muy alegre. Supongo que mi estado cambió muchísimo luego de que me dijeran: "Puedes empezar ahora". No era un trabajo tan malo, si ignorabas el olor a grasa y los clientes groseros. Era algo decepcionante haber aceptado un trabajo de trescientos dólares la semana cuando tenía uno que prometía siete mil por mes.
-Sandwich de pollo y cebollas asadas. ¿Es todo, señor? Bien, serán $17.50. Por favor, pase por la ventanilla para recoger su pedido.- dije, ya que Jeanie se encargaba de los pedidos que yo dictaba en voz alta.
Suspiré e intenté no pensar en Harry, pero cada día desde hace más de tres semanas estuvo bien clavado en mi mente. Había faltado a su cena, no había contestado sus llamadas y me fui de casa por temor de que fuera a buscarme. Esa misma noche, tomé mi maleta y le dije a Kellie que iba a quedarme con Harry algunos días. Suponía que, ahora que no había regresado, ella sabría la verdad. Estaba viviendo en mi auto, que parecía poco cómodo y lo era, me duchaba en las duchas de la piscina comunitaria y compraba algo de comida hecha.
Estaba segura de que mi teléfono se había quedado en casa, de otra manera estaba perdido. Me sentía mal por haberme quedado el auto, cuando era para Kellie y yo, habíamos decidido compartirlo y ahora yo lo tenía como vivienda. La única televisión que veía era la de la lavandería o la que Jeanie me invitaba a ver en nuestros descansos.
-¡Ya vamos a cerrar, chicas, ¿Se van o se quedan por horas extras?- preguntó el "gerente", un tipo que era demasiado bueno. Más bueno de lo que cualquier jefe sería.
-¿Bromeas, Karl? Yo no estoy tan loca para quedarme para atender a adictos por la madrugada.- se quejó Jeanie, quitándose su gorrito de uniforme. Karl nos sonrió, y yo intenté devolverle la sonrisa pero como no lo conseguí, bajé la mirada.- Jess, ¿Quieres ir por unos tragos?
-No, yo... No bebo, gracias.- le dije, caminando fuera de nuestro puesto y yendo dentro de la oficina de empleados.
Me cambié el uniforme por unos pantalones de gimnasia y salí de la tienda con un sobre con mi paga metido en mi sujetador de deporte. Era hora de un poco de ejercicio para relajar mi mente. Era lo que hice todos los días desde que había tomado este empleo. Estacionaba el auto a unas diez calles y corría en mi trayecto hacia él. Hoy era viernes, lo que significaba que debía seguir un poco más para llevar mi ropa sucia a la lavandería.
Lo que me alteró, fue que al pasar por una tienda, mi fotografía estaba pegada con el título de "Desaparecida" sobre todo. Me detuve a tomar una respiración y a leer un poco.
"Desapareció y su familia busca respuesta. Quien pueda dar respuestas será recompenzado."
¿Qué demonios...? Saqué un bolígrafo de mi bolso y anoté en mi antebrazo el número de teléfono que estaba debajo. Entonces retomé el viaje hasta la lavandería. Cuando puse toda la ropa sucia en las lavadoras, arranqué el cartel que también estaba pegado en la puerta de la lavandería y me acerqué a uno de los teléfonos públicos que había allí dentro. Estaba tan vacío que no temía que nadie me oyera cuando dijera, posiblemente a mis tíos, que estaba bien y que se encargaran de sacar todos esos estúpidos carteles antes de que la policía me detuviera.
Marqué y ni siquiera sonó un tono cuando descolgaron.
-¿Sí, tienen información?- preguntó y su voz simplemente hizo temblar mis rodillas. ¿Él? ¿Por qué Harry estaría haciendo esto?- ¿Hola? ¿Hola, me oye? Esta linea no es para jugar, estoy realmente desesperado. Si no tiene información importante acerca de Jessica, no llame. Alguien más podría estar intentando llamar.
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Crazy Little Things In My Head (Crazy Little Things #1) [TERMINADO]
Romance"Mi cabeza siempre discuté conmigo misma." "No es mi culpa, estoy enferma." "No quiero ser vulnerable, no quiero una protección, pero hay una sola persona que me hace cambiar de idea. Siempre lo hizo." Jessica Edwards sufre de un grave trastorno man...