Me adentré más al cuarto. Una brizna fresca hizo que mi piel se erizara. Sentí como una bruma oscura acechaba mi corazón, esperando cualquier momento de debilidad para apoderarse de él. No lo iba a lograr. No tenía miedo.
Algo raro pasaba allí dentro. " Salí de ahí ", dijo la voz de la mujer, en mi cabeza.
No pensaba hacerlo, no me iba a ir. Quizás estaba equivocada, o quizás no. Pero solo había una manera de averiguarlo.
La oscuridad inundaba la gran habitación. Tardé un momento para que la vista se acostumbrara.
El cuarto pertenecía al señor Dante. Me di cuenta de ello, ya que había una cunita bien ordenada a unos metros de la cama. La que ocupaba el pequeño Octavio.
Cuando pude ver mejor lo que había dentro de esa habitación, me vi obligada a ahogar un grito. Abrí los ojos como platos y me cubrí la boca con la mano.
Los cuadros de la habitación, estaban estallados contra el piso, los souvenires de la repisa, estaban hechos pedazo mezclándose con los trozos de cristales de una lámpara rota. La cama se hallaba revuelta y con los endredones en el suelo, a un costado. Miré hacia el lado del baño, y había un rastro de sangre. Me preocupé.
Un has de luz se colaba por la ventana. Un solo has escurridizo entraba por la gran ventana, que daba al gran parque, que en ese momento se encontraba cerrada.
La luz se dejaba reposar en un bollo de papel que estaba en él suelo, apartado de todo el despiole. Lo levanté y lo desarrugué. Era una carta.
Querido Dante:
Todavía no se noticias de vos. Sé que viajaste y que te llevaste al pequeño. Pero después de eso, no supe más nada.
Te fuiste por 6 meses, medio año. Todo por ese trabajo.
Seis meses incomunicados. Esperando esas cartas que prometimos mandarnos y que nunca llegaron. Esperando saber noticias de vos y del nene. Desapareciste por seis putos meses. Ni siquiera un mensaje al teléfono. Ya ni se que pensar de vos.
Esta carta decidí mandarla a tu casa para el día en que llegaras, ya que no fuiste capas ni de mandarme la dirección de tu hotel.
He decidido que esta relación ya no seguirá. Que por más que duela, no podrá continuar. Este tiempo me tomé la libertad de pensar en mi. Salí a bailar, conocí gente. Entre esa gente, un profesor de zumba. ¿Te acordas que a vos no te gustaba bailar? Bueno, ahora no te tenés que preocupar por inventar excusas para no acompañarme a mis clases de tango.
Me enamoré de este muchacho y me iré a vivir a Miami con él.
Lo único que quiero es que cuides al bebe. Yo no podré hacerlo ya que estoy embarazada.
Con cariño, Aby
Una lástima inmensa se apoderó de mí. ¡Solo medio año y ya se enamoró la hija de puta!
Recordé el rastro de sangre y dejé rápido la carta en la cama. Caminé con pasos sigilosos hasta llegar al baño.
Abrí un poco la puerta y un olor putrefacto golpeó mi cara haciendo que llevara el delantal a mi nariz para no sentir tanto olor.
Volví a escuchar un sollozo y me sobresalté. Llevé la mano al interruptor para prender la luz, pero una mano masculina me detuvo.
Era más grande que la mía y fría. Volteé rápidamente para ver al señor Dante a los ojos.
Con la oscuridad que inundaba él cuarto, era difícil notar sus rasgos. Lo único que veía eran sus ojos negros, pere debía ser por la oscuridad. Estaba pálido y con el pelo alborotado, tenía el torso al descubierto y pude apreciar su atlético estado físico. Su pantalón estaba rasgado y se encontraba a escasos centímetros de mi.
Estiré más la mano para llegar al interruptor pero su voz grave me detuvo:
- No lo hagas.
- ¿Por qué? - lo interrogué.
- Te vas a arrepentir.
Concluyó y me volteé en un acto rápido para apartar su mano de la mía. Ahí fue cuando lo noté. Sus uñas negras.
Recordé las palabras de Natalie y Melisa cuando me advirtieron de la peste. Él la tenía.
Notó mi cara de sorprendida y golpeé fuerte su pecho apartándolo de mi. En ese mismo instante, presioné el interruptor.
No funcionaba. Mierda.
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Holaaa mis lectores :3
Es un poco corto el capítulo pero ya los compensaré.
Un beso grande!!! :3
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Solo quería salvarte (EDITANDO)
Fantasy¿Qué pasaría si despertaras en una habitación sin recuerdos y te dijeran que morirás si no destruyes al causante de una peste que se propagará? ¿Y si te dijeran que tenés dones que te ayudarán a hacerlo? Pasé por eso y mucho más. Tuve que tomar como...